El deporte del balón es cíclico, hay veces que unos suben y eso hace que otros bajen. Pero generalmente son los mismos equipos siempre en la cabeza. El grupo de “Las Selecciones Grandes” es muy exclusivo y solo cuenta con seis miembros (Alemania, Brasil, Italia, Argentina, Francia y España).

Para entrar en ese grupo tiene que suceder algo magnífico, un momento “de verdad” en el que los conjuntos nacionales sigan el camino de pretendientes a contendientes y después ganadores.

España siempre estuvo en el grupo de los pretendientes, el equipo ibérico se caracterizaba por crear grandes expectativas y nunca cumplirlas. El “ya merito” europeo. Hasta que un día el “Sabio de Hortaleza” Luis Aragonés le entregó las riendas del fútbol español a un catalán, muy amigo de un madrileño (Iker Casillas) por más raro que esto suene. Éste era Xavi Hernández.

El bajito jugador del Barcelona había tenido un comienzo difícil en su carrera ya que los entrenadores no le encontraban su posición en el campo porque a pesar de ser talentosísimo lo querían poner a jugar de medio de contención y sus características físicas no lo dejaban. Jamás fue un virtuoso para la defensa.

A pesar de lo anterior Xavi ya había debutado en la selección mayor pero sin real trascendencia. Fue durante las eliminatorias camino a la Euro 2008 cuando Luis Aragonés cambió el fútbol mundial. Lo primero que hizo fue cambiar a Xavi de posición, jugaría más adelante y sería el absoluto dueño del balón. De esta manera se aprovechaban sus principales características que son el liderazgo,  la inteligencia al jugar, el pase fácil, el manejo de los tiempos del partido, la retención de balón(Gira de manera increíble usando su cuerpo) y sobre todo la visión periférica. En aquella Eurocopa España se llevó el título a casa y Xavi fue nombrado el jugador más valioso.

El de Tarrasa es un espectáculo diferente, sin ser un jugador explosivo puede cambiar el partido en un momento. La manera que tiene de asociarse en el campo con sus compañeros es irrepetible, nadie se olvidará de su mancuerna con Andrés Iniesta (Otro genio).

Con España siempre pedía el balón y todas las jugadas pasaban por él. En la cancha él mandaba, nadie más. Puede ser considerado el bastión del tiki-taka que es estilo de fútbol que haría de España un grande, un equipo de época.

Entre el 2010 y 2012 se mostró otro lado de Xavi, el humano. Con una gran cantidad de clásicos españoles entre el Barcelona (su equipo) y el Real Madrid (equipo de su amigo Iker), el grupo estaba partido en dos y los bloques que parecían irreconciliables, pero una llamada telefónica hizo que los dos líderes morales de España unieran fuerzas. El resultado: Una Copa del Mundo y una Eurocopa más.

En conclusión, no se entiende en la memoria colectiva una España ganadora sin Xavi y suplirlo será prácticamente imposible. Un jugador único en la historia, el arquitecto del juego, el que no ganó un Balón de Oro por hacer que los demás brillen más que él mismo.

El fútbol nos ha dado muchas cosas. A nivel de selecciones nos quita al más importante jugador de la “La Roja”. No queda más que decir, hoy por todo lo que le has regalado al fútbol ¡Gracias Xavi!