Según los últimos estudios, la posición en la que se duerme revela la fortaleza de una relación de pareja

¿Duermes acurrucadito con tu pareja? ¿De cucharita? ¿O cada uno por su lado sin rozarse? Pueden parecer preguntas irrelevantes pero según un estudio, publicado en el Festival Internacional de Ciencia de Edimburgo, la postura en la cama está altamente relacionada con la fortaleza de las parejas.

Este nuevo estudio, que amplia el trabajo desarrollado por el psiquiatra Samuel Dunkell en este área, revela que la distancia entre los dos es la clave. Si duermen separados por menos de 2,5 centímetros, la pareja tiene más posibilidades de ser feliz que aquellos que duermen separados por más de 70 centímetros.

Tras estudiar los hábitos en la cama de 1.100 personas, los investigadores van más allá al afirmar que los que tienen contacto físico durante la noche serán mucho más felices que los que no se tocan mientras duermen.

La felicidad de la pareja, según la postura en la cama

El estudio descubrió que el 42% de las parejas duermen dándose la espalda, el 31% mirando en la misma dirección y sólo el 4% mirándose entre ellos. Igualmente, comprobaron que alrededor del 34% duermen tocándose mientras que el 12% lo hacen a menos de 2,5 centímetros de distancia y el 2% por más de 76.

Las parejas que se quedan dormidas tocándose tienden a ser más felices si están cara a cara que si lo hacen en la posición de «cucharita», mirando los dos en la misma dirección o en direcciones opuestas. Entre aquellos que no se tocan son más felices las parejas que miran en la misma dirección.

Según el director del estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Hertfordshire, Richard Wiseman, el «94% de las parejas que se tocan por la noche estaban contentas con su relación en comparación con el 68% de las parejas que no se tocaban y que eran felices.

Según los trabajos iniciales del doctor Dunkell, las personas que se acurrucan en posición fetal tienen más posibilidades de convertirse en personas indecisas, sensibles a las críticas y padecer ansiedad. Dormir con las piernas dobladas hacia arriba son conciliadores, proclives al compromiso y poco amigos de radicalismos. La gente que duerme sobre su espalda tienden a ser seguros de sí mismos y abiertos y aquellos que lo hacen boca abajo muestran tendencias al perfeccionismo y la rigurosidad.

Con información de ABC