Víctima del gigantismo promovido por el régimen militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, el futbol creció anárquica y desmesuradamente en ese enorme país, sin que, en ese lapso de casi un cuarto de siglo, se refrendara la grandeza conseguida y sostenida con los triunfos de Suecia, Chile y México.

El almirante Heleno Nunes, presidente de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF), estaba convencido de que, con el tricampeonato mundial alcanzado el 21 de junio de 1970 en México, era necesario alentar la idea de crear un torneo nacional que generara el surgimiento de grandes jugadores e hiciera permanente la hegemonía del futbol brasileño en el mundo.

Fue así que, a partir de 1971 –en sustitución de la “Copa Brasil” que duró de 1959 a 1968 y del “Torneo Roberto Gómes Pedrosa”, vigente entre 1967 y 1970-, se inventó el Campeonato Nacional/Serie A, el “Brasileirao” que, entre subidas y bajadas, de mayo a diciembre de cada año, ya ha cumplido 43 de existencia.

En sus primeras temporadas, la desmesura fue la principal característica del “Brasileirao” –que inició en sus primeros años con 20 participantes de todo el país- creciendo desmedidamente al grado de que, en 1979 -cuando fue campeón el Internacional de Porto Alegre de Paulo Roberto Falcao-, llegó a 96 el número de aspirantes al título nacional.

Esa situación absurda e inusual, según sus críticos, condujo inevitablemente a una situación de descontrol que generó corrupción, intrigas políticas e irregularidades económicas entre dirigentes, patrocinadores y la CBF que, en nombre del gobierno, se suponía era la entidad reguladora e interventora que manejaba el balompié brasileño.

La cantidad de equipos aspirantes al título nacional disminuyó a 74 en 1978, a 62 en 1977, a 54 en 1976, a 42 en 1975, y a 40 en 1973 y 1974, hasta fluctuar entre 44 y 48 los contendientes entre 1980 y 1987.

Era la época dorada del “Brasileirao”, en la cual equipos del prestigio del Gremio de Porto Alegre y el Flamengo de Río de Janeiro fueron monarcas mundiales del Torneo Interclubes, mientras el Fluminense y el Sao Paulo se imponían indiscutiblemente en el escenario nacional.

La situación detonó cuando, en 1987, con el Flamengo de Leandro, “Jorginho”, “Edinho”, “Bebeto”, “Zico” y “Zinho” al frente de una coalición de clubes inconformes, el “Brasileirao” se redujo a 20 conjuntos participantes en la Serie A, sin que hasta la celebración de la Copa FIFA 2014 se hayan expresado, ni más crecimiento cuantitativo ni disidencias mayores.

La presencia de jugadores brasileños de extraordinaria calidad, especialmente delanteros, en más de cuatro decenios de existir, han hecho del “Brasileirao” la máxima expresión del balompié nacional, demostrándose esto con el hecho de que el colombiano Víctor Hugo Aristizábal, número “9” del Cruzeiro de Belo Horizonte, ha sido el único futbolista extranjero campeón goleador desde 1971, con 27 tantos anotados en la temporada 2003.

Ha sido de tal calado la preponderancia de los artilleros en el “Brasileirao” que, por ejemplo, un jovencito dientón procedente del Flamengo, con apenas 17 años en 1993, de nombre Ronaldo Luiz Nazario de Lima, anotó cinco de la media docena de goles en el 6-0 del Cruzeiro al Bahía, repitiendo la dosis recetada por Roberto “Dinamita” Oliveira, del Vasco da Gama, al Corinthians en 1980; y Edmar, del Guaraní, al CSA en 1985.

Las estadísticas de 1980 a 2009 destacan que, entre los grandes goleadores del “Brasileirao” de fines del siglo XX y principios del XXI, figuran “Zico” (21), Nunes (16) y Adriano (19) del Flamengo; Muller (18), del Sao Paulo, y Bebeto, del Vasco da Gama (18).

Otro dato curioso registrado por la CBF señala que, de los 23 ganadores del tetracampeonato del mundo en Estados Unidos hace dos décadas, solamente siete se perdieron de la alegría de ser campeones nacionales brasileños con sus respectivos clubes.

Ellos son Claudio Taffarel (Internacional), Mauro Silva (Bragantino), Carlos Bledorn “Dunga” (Stuttgart), Romario de Souza (Vasco da Gama), Márcio Santos (Botafogo), Ronaldo de Lima (Cruzeiro) y Paulo Sergio Viola (Corinthians).

Lo mismo ocurrió en 1970 a Emerson Leao y Darío dos Santos, tricampeones en México, pero nunca monarcas brasileños con el Palmeiras y el Atlético Mineiro; en tanto, el resto de sus compañeros de gloria en la victoria de 4-1 sobre Italia disputaron pocos torneos nacionales, puesto que el “Brasileirao” empezó a desarrollarse con ese nombre a partir 1971.

Sin embargo, una crítica generalizada de dirigentes, prensa y afición de Brasil, consiste en reclamar que la mayoría de quienes integren la lista definitiva de Luiz Felipe Scolari para incorporarse a la selección brasileña en la Copa FIFA 2014, juegan en el extranjero, excepto tal vez Fred Cháves, del Fluminense, y Jo Alves, del Atlético Mineiro.

Se preguntan si el “Brasileirao” dejó de ser el gran manantial que surtía de materia prima de altísima calidad a los clubes nacionales y a la selección, como en los viejos buenos tiempos, interrumpidos en 2002, cuando el mismo “Felipao” condujo a la “verdeamarela” a ser la primera en Corea-Japón, sin que la hazaña pudiera repetirse lejanamente, ni en Alemania ni en Sudáfrica después.

Río de Janeiro, 18 Abr. (Notimex).