Te sientes más cómodo

Si la soledad solía ser tu mayor miedo, ya no lo es. Superas el miedo porque te das cuenta que no es tan doloroso cuando la sufres por mucho tiempo. Se vuelve un estado natural para ti.

Dejas de buscar a otros

Cuando te sientes cómodo en tu soledad, pierdes las ganas de luchar. No te despiertas queriendo hacer algo al respecto porque ya no te carcome por dentro, así que dejas de buscar nuevas amistades y relaciones. Esperas a que llegue a ti porque no sabes encontrar una manera de dejar de estar solo al menos de que te muestren el camino.

Creas una relación contigo mismo

Puede que te dejes notas motivadoras, trabajas en tus habilidades comunicativas, aceptas tus fallas e intentas comprenderte.

Te deja de importar lo que piensen los demás

Te dejó de importar la gente que te mira raro cuando comes o vas al cine solo. Te dejas de preocupar por lo que los demás piensen cuando estás cargando 10 bolsas de super solo. Cuando aceptas tu soledad, nadie te puede hacer sentir mal al respecto.

Se te olvida lo que es ser parte de un equipo

Se te olvida lo que se siente que alguien más te recoja del aeropuerto o que te ayuden a cambiar una llanta. Se te olvida cómo coexistir porque has aprendido a hacer todo solo y encuentras algo de comodidad en la idea de eso porque cuando solías pedir ayuda, de algún modo terminabas desilusionado.

Te conocerás mejor

No estarás tratando de armar tu vida alrededor de otra persona, serás el único amo de tus decisiones y tendrás que realmente buscar para saber qué clase de vida realmente quieres y qué clase de persona quieres ser.

Evitas que te rompan el corazón

Cuando te acostumbras a estar solo dejas de intentar llenar el hueco con un romance falso o una relación vacía porque ya estás llenando ese espacio con otras actividades.

Aprender a amar tu soledad

En momentos lo odias, pero aprendes a aceptarlo y a reconocer cómo te ha ayudado a crecer y a poder depender de ti mismo.

Aprendes a soltar las cosas

Cuando la vida te obliga a desapegarte de la gente y de las cosas, aprendes a dejarlas ir. Dejas de intentar controlar tu destino.

Aumenta tu autoestima

Dejas de buscar la validación de otros, dejas de asociar el estar solo con ser no deseado o no amado. Empiezas a creer que esto es justo lo que necesitas y que si eso cambia, sabrás que estarás tomando la decisión por las razones correctas y no con la pura intención de no estar solo.

 

 

 

Publicado por Othón Vélez O’Brien.