Cuando se trata de ir a terapia, los hombres tienden a buscar miles de razones para no ir. Aquí te mostramos unos de los pretextos más comunes para que los hombres no vayan a terapia:

No hay nada mal conmigo

Ir a terapia no se trata de que haya algo mal contigo de la misma manera que no vas al gimnasio porque algo anda mal contigo. La terapia de cierto modo es como entrenar.

Con un terapeuta puedes trabajar tus problemas mucho más rápido y eficientemente de la manera más óptima.

Tengo un problema, pero no se puede arreglar con terapia

Ese no es el punto. Imaginate a tu terapeuta como un consultante que te ayuda a entender y a manejar tus problemas mentales o emocionales, no están ahí para arreglarte tus problemas como si se tratara de un coche.

Si voy a terapia significa que soy débil

Pedir ayuda es una señal de fuerza, no lo contrario. Existe una diferencia entre hacerte el fuerte y ser fuerte. Es fácil fingir que no pasa nada y que los problemas no existen, pero toma verdadera fuerza admitir que necesitas ayuda.

Ya tengo una pareja para eso

Eso no te va a ayudar, tu pareja no tiene la capacitación para ayudarte con tus problemas, y aunque la tuviera, no es su responsabilidad.

Además, tu terapeuta está requerido por ley a guardar tus secretos, tu pareja no.

Una vez empiezas con la terapia nunca acabas

No toda la terapia tiene que durar años. Con tan pocas como ocho sesiones puede ser efectivo y para ciertos miedos y fobias, tres horas de terapia intensa puede bastar.

No quiero tomar medicamentos

Si estás totalmente en contra de tomar medicamentos psiquiátricos, entonces no los tomes. Pero su tu depresión o ansiedad es tan severo que te cuesta trabajo funcionar adecuadamente.

Estos medicamentos pueden ayudar a balancear neuroquímicos y te puede ayudar a salir de el hoyo emocional en el que estás.

Fui una vez y no funcionó

No se trata de que vayas un día y todo se arregla, también es un proceso encontrar al terapeuta correcto para ti. Tienes que ir con varios y darles oportunidad de una o dos sesiones antes de decidir que no es para ti.

Pero no te agobies mucho por esto, los terapeutas suelen estar bien comunicados entre ellos y podrían hasta recomendarte con alguien que sientan que sería una buena opción para ti.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.