A menos que quieras conservarla a tu lado.

¿Has vivido esos momentos en los que tu novia te mira con unos ojos misteriosos y te deja de hablar mientras tú escarbas en tu cabeza para averiguar qué fue lo que estuvo mal? No queremos caer en generalidades pero hay relaciones en las que suele pasar eso y para que evites aquellos momentos tan temidos, checa estas 11 cosas que los están provocando (y no, no siempre es cuando ella está en sus días).

1) Fingir que la escuchas

Tampoco queremos que te sepas todo de memoria pero ella sabrá que has estado fingiendo cuando no puedas recordar detalles específicos de su vida personal como el nombre de su dentista, su potencial mascota favorita o el nombre de su mejor amiga.

2) Evitar a sus amigos

Lo sabemos, cada uno merece pasar tiempo sin el otro para reunirse con sus amigos. Sin embargo, no llegues al punto de ser el desaparecido que todos han estado pidiendo conocer. Ella no necesita o espera que se conviertan en mejores amigos seguro sólo desea que se lleven bien.

3) Ser demasiado caballeroso

Tener un novio que abra o detenga la puerta para una chica, a veces puede ser un buen gesto, pero cuando empiezas a tropezarte para llegar antes que ella a cada entrada no le estás haciendo un servicio a nadie. Es molesto.

4) Hacer comentarios negativos sobre las mujeres

Haces declaraciones despectivas y generalizadas acerca de las mujeres cuando estás con tus amigos hombres, ¿verdad? Adivina qué: Tu novia no aprecia esto y probablemente le resulte ofensivo que digas cosas acerca de otras mujeres delante de ella justificando todo con un “son sólo mujeres”.

5) Mirarla decepcionado cuando ella no está de humor para el sexo

Hay veces en que las mujeres de verdad tienen dolores de cabeza. Parece que estás con ella sólo por el sexo si frunces el ceño cada vez que ella te dice que algo le afecta demasiado como para ponerse a hacerlo. Habrá un momento en que sea tu caso y es esperarás que ella sea igual de cortés.

6) Burlarte de sus rituales femeninos

No nos malinterpretes, esto es aceptable cuando se tratan de bromas entre ustedes dos. Pero cuando los comentarios sobre su rutina para estar lista hacen que ésta sea más larga aún, piensa que lo único que estás haciendo es que se sienta mal sin ningún otro objetivo y no lograrás que las cosas sean más rápidas.

7) Atacar sus hábitos alimenticios

Una cosa es compartir una opinión y otra imponerla. La realidad es que vivimos en una sociedad que valora la delgadez, sobre todo cuando se trata de las mujeres. No te burles de tu novia por pedir una ensalada de vez en cuando. Probablemente hasta tú mismo puedes resultar beneficiado al comer algo sano. Dicho esto, tampoco te atrevas a volverte un obsesivo y levantes las cejas cuando ella ordene un postre.

8) No la evites a ella por preferir a tus amigos

Hablamos del espacio para cada quién en el punto 2, pero si tú y tu novia tenían planes para cenar el viernes por la noche, y por azares del destino tus amigos decidieron reunirse para beber justo a la misma hora… como todos los viernes, respeta tus citas. No caigas en este hábito a menos que quieras recuperar tu vida de soltero.

9) No tomar en serio sus ambiciones

Digamos que en un caso extremo ella quiere iniciar un negocio de joyería para vender sus propias creaciones y ni sus amigas que aman los accesorios se las comprarían, nada vas a lograr burlándote de sus sueños. De ser así te convertirás en un cínico de mente estrecha que ha dejado morir un sueño en lugar de enriquecerlo.

10) Comentar sobre otras mujeres delante de ella

Silbarle a otra mujer que pasa por la calle sin que te importe nada, no sólo es una ofensa para ella sino para tu pareja. Sabemos que salir con alguien no te impide considerar atractivas a otras mujeres, es natural, pero debes evitar expresarte de manera morbosa. Por cierto, nunca hay un momento en el que el acoso de un extraño sea aceptable.

11) Esperar que sea tu segunda mamá

Lo sentimos pero aquí en el siglo XXI el que alguien sea mujer no la convierte inmediatamente en un ama de casa. Las clases de cómo serlo ya no existen en las escuelas y ninguna mujer nace con un gen que la hace una excelente cocinera o decoradora de interiores.