café, exceso, consumo, muerte prematura

¿Alguna vez has cuestionado los hábitos o las costumbres que tienes ante determinada situación? ¿Eres de los que toman café al despertar o de los que hacen la cabeza hacia atrás cada que les sangra la nariz? El Grupo Hospitalario Quirón, nos aclara una serie de actos que la mayoría de las personas hacen completamente al revés.

Conócelas a continuación:

1. Fumar para relajarse

¿Crees que fumar te relaja? Error. Lo que de verdad sientes es una calma al síndrome de abstinencia. De hecho, lo que provoca fumar es justamente ansiedad, por lo que luego tendrás ganas de más.

2. Tomar café al despertar

Cuando despertamos, nuestro organismo comienza a incrementar poco a poco la producción de cortisol, que es la hormona que nos ayuda a activarnos. De ahí entonces que el café no sea necesario tan temprano. Lo ideal es que sea al menos tres horas después de despertar, y es que debes dejar que tu organismo haga lo suyo.

3. Hacer la cabeza para atrás cuando sangra la nariz 

Era lo primero que nos decían nuestros padre o profesores cuando teníamos una hemorragia nasal. Pues bien, lo que realmente se debe hacer es apretar la parte superior de la nariz a modo de pinza con las manos. Sólo así se comprime la pérdida y se evita tragarnos la sangre, que con la práctica anterior podría llegar hasta nuestras vías respiratorias. Si en cinco minutos no se detiene, utilizar un tapón con algodón y esperar a que calme.

4. Abrigarse para sudar fiebre

Cuando se tiene fiebre, muchos aplican la técnica de abrigarse y “sudar la enfermedad”. Pues, bien, esto no se debe hacer. De hecho, no se debe ni abrigar, ni bañar con agua helada, ni mucho menos una friega en alcohol. En niños, esto último podría intoxicarlos etílicamente. En razón a ello, lo que tienes que hacer es tomar un antipirético (antifebril) y desabrigarte, aunque no desnudarte. Lo otro, es tomar baños de agua tibia o templada para reducir la temperatura corporal.

5. Hacer la dieta de algún conocido

¿Viste que un amigo/a logró bajar algunos kilos y le pides la receta para lograrlo? Lamentamos decirte que no te servirá del todo, puesto que para un adecuado régimen, se debe contar con los factores de la persona a quien se busca beneficiar. Hablamos de sexo, edad, intolerancias alimentarias, alergias, enfermedades de hipertensión o diabetes, por ejemplo y así, con el fin de manejar el contenido nutricional y calórico necesario. Así entonces, si realmente quieres una dieta, acércate a un especialista.

6. Cepillarse inmediatamente después de comer

Si comiste alimentos altos en contenido ácido, tales como frutas, jugos, vino o café, lo ideal es esperar unos 15 a 30 minutos después, ya que el cepillado podría arrastrar el ácido por toda tu boca y desbalancear el pH… con ello además, el riesgo de generar caries.

7. Dormir con la tele o pantallas encendidas

Sabemos lo complicado que puede ser el no ver TV por las noches, o revisar un celular o tablet, pero si realmente quieres llegar bien al otro día al trabajo o escuela, es hora de dejar de lado estas cosas. Y es que la luz de estos aparatos posee una longitud de onda que dificulta la producción de melatonina en el cerebro, hormona necesaria para inducir y mantener el sueño.

8. Lavarse mucho

El agua es vida, pero en exceso no siempre es bueno. De hecho cuando nos lavamos las manos o bañamos, ésta rompe el manto hidrolipídico y la capa córnea que protegen la piel, lo que puede deshidratarnos. Lo aconsejable es lavarse las manos unas cinco veces y bañarse una única vez en el día, incluyendo el pelo. A su vez, utiliza productos lo más neutro posible y con poco perfume.

9. Demasiada agua

Tomar demasiada agua puede generar que nuestros riñones eliminen más líquido de lo necesario y con ello, botar electrolitos necesarios en el organismo (calcio, potasio, magnecio, sodio). Lo que debes hacer es tomar dos litros y medio al día, pero ojo, que esta cantidad incluye frutas que consumes y otros alimentos.

10. Abusar de la sal o eliminarla completamente

Todo en exceso hace mal. Es sabido que la sal puede hacer daño pero justamente a las personas que no la logran eliminar, y eso no quiere decir que toda la familia tenga que dejarla. De hecho, la falta de ella puede llevar a mareos, pérdida de conocimiento o lipotimias. Si tu médico te dice que la elimines, hazle caso, pero quienes viven contigo no tienen que eliminarlo del todo. Simplemente echa la sal justa. Ni más ni menos.

11. Saltarse el desayuno

Una dieta adecuada requiere de desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. La primera comida precisamente te aporta “energía para afrontar las tareas de la mañana y evita que comas demasiado en las comidas principales”. No hacerlo puede significar una tendencia a la obesidad.

12. Dejar lo más complicado al final

Si eres de los que decide dejar todo lo complicado al final, estás equivocado. Con ello haces que justamente lo difícil, se vuelva más difícil. Lo ideal es empezar por las tareas arduas, cosa de transmitir a uno mismo confianza y seguridad. Además, de terminarlas, notarás que lo complejo pasó, por lo que lo sencillo se te hará simple y con mejor rendimiento.