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A pesar de que hay estudios que aseguran que quienes nos enojamos con más facilidad somos más inteligentes hay que admitir que justamente muchas veces nos falta inteligencia para controlar el mal genio que nos cargamos. Así que si la palabra paciencia no entra en tu vocabulario, y hay días que hasta porque pase una mosca ya sacas el Hulk que llevas dentro, aquí te dejamos 15 cosas que sólo entiendes si te enojas rápidamente:

1. No entiende ciertos comportamientos. Lo que muchas personas digan o hagan nos parece completamente irritante, aunque no sea nuestro problema.

2. Contar hasta diez no funciona. Incluso hasta te molesta más.

3. Piensas que todo es personal. Como si cuando caminas por la calle la señora de la enorme bolsa haya querido justamente a ti golpearte al pasar a tu lado.

4. Siempre te arrepientes. No es que seas una mala persona, pero la falta de control sobre tu carácter hace que dejes de pensar en las consecuencias de tus actos.

5. Los correos electrónicos son lo más agresivo. Lo único que te falta es escribir textualmente un saludo hacia la progenitora de tu receptor.

6. Los muebles sufren contigo. Azotes de puertas, golpes en la pared, sillas aventadas, la lista puede continuar.

7. El sarcasmo es tu mejor aliado. Y el inicio del desencadenamiento de la Tercera Guerra Mundial, al menos hasta que tu enojo se baje un poco.

8. Necesitas tener la última palabra. Sin importar cual sea no estás “tranquilo” hasta que o seas tú quien tiene la “razón”.

9. Vencer el orgullo no es lo tuyo. Aunque te sientas arrepentido por tu actos difícilmente aceptas que te equivocaste.

10. Tu temperamento es motivo de broma entre tus amigos. Ya sea que te apoden de alguna manera o cuenten una anécdota donde perdiste la cabeza, ellos harán algún chiste de tu mal genio.

11. Te enorgullece cuando guardas la calma. Como si merecieras una estrellita en la frente, este es uno de tu más grandes logros.

12. Los pequeños ruidos te molestan. Ronquidos, escuchar masticar a alguien, sonidos de bolsas, la misofonia es una cosa real.

13. Si no comes te pones peor. La falta de alimento te hace emitir gruñidos en lugar de palabras, un estado muy similar cuando también te faltan horas de sueño.

14. La cara de enojado es tu mood habitual. ¡Aunque no lo estés!

15. No sabes vivir sin estrés. Cualquier cosa cotidiana hace que tu estrés llegue a la nubes, el tráfico, el ruido, la contaminación, que se tarden con tu comida en el restaurante, la gente que habla muy alto…

Si después de leer estos puntos te identificaste con alguno o los 15, es momento de reflexionar sobre lo que tu pobre hígado y corazón están sufriendo cada que los pones a mil con tus enojos, y también a la gente que te rodea, la cual sale pagando tus platos rotos.