Hace unos 160 años un fósil fue encontrado en Nueva Jersey que permitió a los científicos describir a la tortuga marina, Atlantochelys mortoni. Y esta semana otro fósil fue encontrado en una zona cercana que los científicos creen ser parte de la misma tortuga. Los fragmentos de fósil encajan perfectamente y le brindan más información a los científicos sobre una de las tortugas marinas más grandes en la historia del mundo.
El fósil original fue encontrado en 1849 y fue identificado como el parte del hueso del brazo. Desde entonces ha permanecido en la Academia de Ciencias Naturales en la Universidad de Drexel – hasta hace recientemente cuando el paleontólogo, Gregory Harpel, presentó un fósil que descubrió en un dique en el condado de Monmouth. Al principio Harpel pensó que era una roca, pero luego notó lo que le parecieron mordeduras de tiburón y supo que se había encontrado con algo significativo. El fósil lo donó al museo en Drexel.
Colocaron los dos fósiles uno a lado del otro y descubrieron que encajaba perfectamente, comprobando que ambas partes eran parte del mismo hueso de la misma tortuga. Este descubrimiento no sólo sirve para brindar más información con respecto a A. mortini pero también pone en cuestión la teoría de que los fósiles se desgastan cuando están expuestos por más de unas décadas. Si este fósil pudo sobrevivir más de un siglo expuesto, eso significa que otros fósiles podrían hacer lo mismo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.