El tratamiento con metadona a los adictos a la heroína, combinado con la distribución de material de inyección estéril y el acceso al tratamiento para el SIDA, ha dado lugar a una disminución de las infecciones por VIH en España, señaló un estudio.

Según el reporte, publicado este mes en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos nuevos de infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) entre consumidores de drogas disminuyó de una media anual de seis mil 200 a comienzos de 1990 a 690 infecciones nuevas en 2010.

La experiencia de España en esta área es relevante para otros países en los que la inyección de drogas ilegales es un problema habitual, como por ejemplo, en los países de Europa central y oriental, así como en el sur y este de Asia.

Durante la década de 1980, España tenía una de las normativas más estrictas del mundo sobre el tratamiento contra la dependencia de la heroína y, al mismo tiempo, la tasa más alta de casos nuevos de infección por VIH entre consumidores de drogas inyectables ilegales en Europa.

A inicios de la década de 1990, la prevalencia del VIH en ese grupo alcanzó el 60 por ciento, señaló el estudio.

En aquel entonces, prácticamente el único tratamiento disponible para la dependencia de la heroína en España estaba basado en la abstinencia, pero muchos pacientes reincidían y seguían inyectándose drogas.

Esto cambió con la aprobación de dos leyes, en 1990 y 1996, por medio de las cuales la metadona y otros medicamentos similares pasaron a estar disponibles con receta médica en los centros de atención sanitaria pública en todas las regiones del país de forma gratuita para pacientes con un diagnóstico de dependencia de la heroína.

El estudio descubrió que, como resultado de dichas leyes y del modo en el que se cambió la concepción del programa nacional español, el 60 por ciento de las personas que se inyectaban drogas ilegales en el país en 2010 estaba en tratamiento de mantenimiento con metadona, porcentaje que en 1996 era del 21 por ciento.

“España ha alcanzado este éxito al levantar las restricciones innecesarias a los límites de las dosis con metadona o la duración del tratamiento y al permitir que los pacientes tomen algunas de las dosis en casa”, afirmó la autora e investigadora Marta Torrens, directora de Adicciones en el Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Parque de Salud Mar de Barcelona.

“Algunos de los programas de tratamiento médico dan de alta a las personas al primer signo de un comportamiento difícil, sin embargo, el programa con metadona hace todo lo posible para mantener a los pacientes en tratamiento tanto tiempo como sea posible”, afirmó.

“Los pacientes reciben cada día una dosis diaria de medicina, metadona por lo general, y al mismo tiempo, cualquier otra atención sanitaria que puedan necesitar, como antirretrovirales para la infección por el VIH”, explicó Torrens.

La especialista consideró que con este enfoque, en línea con las directrices de la OMS sobre el tratamiento de la dependencia de opiáceos, son capaces de mantener a más del 72 por ciento de los pacientes en tratamiento tras el primer año.

La metadona, que se ingiere habitualmente en forma de jarabe, mantiene unos niveles estables de opioides en la sangre del paciente a lo largo de las 24 horas que transcurren entre cada dosis, de modo que los pacientes no sufren ni intoxicación ni abstinencia.

Con el tiempo y las dosis adecuadas, la metadona bloquea el efecto de la heroína y, como consecuencia, los pacientes dejan de usarla con el tiempo.

Menos consumo de heroína se traduce en un menor uso de agujas sucias, menos casos de VIH, hepatitis y otras infecciones, menos sobredosis y menos delitos.

“El tratamiento con metadona ayuda a los pacientes a reconstruir las relaciones rotas con sus familias y a reintegrarse en la sociedad”, afirmó.

“En España, la percepción pública de este tratamiento es positiva, el 66 por ciento del público general está a favor del tratamiento con metadona”, indicó Torrens.

“Los gobiernos se encuentran en la actualidad bajo una presión financiera enorme debido a la crisis económica, pero nuestro mensaje para ellos es el siguiente: presten atención a esta evidencia sólida y mantengan la financiación de estos programas”, agregó.

La metadona no es cara, según la base de datos de la Terapia de sustitución de opioides y morfina de la OMS, muestra que el tratamiento puede costar únicamente 28 dólares por paciente al año.

“Al proporcionar este tipo de tratamiento, las autoridades sanitarias no sólo previenen las muertes relacionadas con las drogas y ayudan a los pacientes a reintegrarse en la sociedad, sino que también evitan la propagación del VIH por toda la comunidad en general”, añadió el estudio. Ginebra, 5 Feb (Notimex)