Hace millones de años, en los paisajes remotos de piedra de caliza en Bolivia, ¿tenían los dinosaurios la habilidad de caminar sobre superficies verticales? Eso es lo que parece al observar las huellas en Cal Orko, una pared de piedra caliza que mide aproximadamente un kilómetro y medio de largo y 100 metros de alto.

Entre las huellas se han podido identificar 294 dinosaurios diferentes, 8 especies entre todos.

Con 5,055 huellas individuales, esto es la colección más grande y diversa de huellas en el mundo y nos da la ilusión de que los reptiles prehistóricos podían recorrer una superficie vertical o diagonalmente. Esto sería muy impresionante considerando que algunas de estas criaturas pesaban más de 100 toneladas.

Como cualquier otro misterio de este tipo, científicos tienen una explicación sencilla para esta pared cubierta de huellas. Los restos de las huellas de 68 millones de años de antigüedad fueron empujados hacia arriba por la actividad tectónica del área. Esta zona, en esos tiempos, tenía un gran lago y clima que atrajeron a herbívoros y luego carnívoros. Los dinosaurios recorrieron estas tierras mientras el clima era húmedo, dejando sus huellas. Durante las épocas secas se fermentaron las huellas y cuando volvió a llover se conservaron debajo de capas de sedimento y lodo.

Este proceso se repitió varias veces, resultando en múltiples capas de evidencias. Luego la actividad tectónica empujó la tierra hacia arriba, dejándolo en una posición que lo favoreció en los años protegiéndolo de cualquier daño que se le habrá hecho.

Este fenómeno fue descubierto en 1985 por unos mineros, pero no atrajo la atención de científicos hasta una década después cuando un paleontólogo de Suiza fue con su equipo a documentar el sitio.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.