Como pequeña empresa, la agilidad es una ventaja competitiva primaria. Así es como puedes construir un mayor e invencible equipo.

Ser ágil significa ser rápido, responder y actuar rápido ante situaciones. La agilidad es una virtud de un líder exitoso, y no obstante, de un buen equipo que termina volviéndose particularmente valioso en tiempos de incertidumbre y cambios.

El deporte del parkour que cada vez va creciendo más, sería un ejemplo perfecto de agilidad.

Inclusive cuando en tu trabajo no requieras saltar sobre paredes o coches, un líder profesional necesita de toda la agilidad de un atleta profesional. Estas son las características clave de agilidad:

Flexibilidad

Amplía tu mente para poder aprender nuevas habilidades y poder explorar nuevos aprendizajes y goles. Tu vida es tu propia rutina de ejercicio, dónde puedes crear un liderazgo flexible. Observa a tu alrededor buscando gemas de excelencia que puedan aportar a tu aprendizaje, los podrías encontrar con tu suegro, el padre de la iglesia a la que asistes, algún vocero de una junta profesional, un amigo líder, el director de la escuela de tu hijo, un vendedor particularmente útil o hasta el líder de la tropa de Boy Scouts por tu casa.

También hay lecciones que se aprenden en todo lo que tu equipo hace. Busca oportunidades en revisar después del proyecto, juntas con clientes, conflictos con otros departamentos, cambios de prioridades, faltas de comunicación y errores. Agarra todas estas experiencias para construir flexibilidad para metas a futuro.

Fuerza

Perfecciona habilidades y profundiza el aprendizaje adquirido. Esto sería el entrenamiento básico de un atleta, pero para el líder profesional se encuentra creando su capacidad básica.  A pesar de la serie de cambios alrededor, continua fortaleciendo lo que tu equipo y tú hacen mejor. “No te pintes rayas en la espalda si no eres una zebra”. Fortaleciendo tu capacidad básica genera confianza y esta es de suma importancia si esperas que tu equipo supere obstáculos inesperados.

Velocidad

La forma más rápida de mejorar tu velocidad de liderazgo es dejando de analizar y siguiendo tu intuición. Tom Peters, gurú de manejo de empresas, llamó a la intuición como nuestro mejor regalo. Es lo que sentimos cuando algo no embona con lo hechos que conocemos; es el movimiento momentáneo que hacemos sin pensar que nos podría salvar del desastre; es la voz que nos dice la verdad antes de lo que queremos escuchar.

La intuición es la habilidad de hacer rápidas y sanas decisiones basadas en la información disponible.

Aplicando el principio de 80/20  a tu forma de pensar, puede ayudarte a hacer rápidas y más inteligentes decisiones. En muchas situaciones puedes recolectar el 80 por ciento de información relevante en el primer 20 por ciento de tiempo disponible. Generalmente el 20 por ciento restante de información (que tomaría el restante 80 por ciento de tu tiempo para obtener) no mejoraría substancialmente la calidad de tu decisión.

Exactamente así es como debería de aplicarse el principio de 80/20 a tu próxima gran decisión. Primero, trata de identificar las cinco piezas más importantes de información que necesitarías para hacer una decisión. Después decide cuatro de esas cinco que serían tu mayor prioridad. Una vez recolectada esta información aproximadamente tendrías 80 por ciento de la información necesitada. El restante 20 por ciento es menos importante. Ahora vincula todas tus experiencias a tu intuición y llena los espacios haciendo una buena e inclusive más rápida decisión.

El líder ágil construye un equipo ágil. Un equipo para el cual ningún obstáculo es grande, que identifica soluciones creativas para saltar cualquier obstáculo. Un equipo que es difícil de vencer.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.