Una nueva investigación presentada durante la reunión de la Sociedad Europea de Cardiología, revela que la música es capaz de sanar las arterias con ayuda del cerebro.
En la investigación se ha medido el efecto de la música sobre una serie de marcadores relacionados con el endotelio vascular, la lamina que recubre el interior de los vasos sanguíneos y que tiene un papel primordial en el ajuste de la función vascular por la producción de óxido nítrico y otros vasodilatadores que disminuyen la resistencia vascular.
Los marcadores medidos han sido los productos finales estables de óxido nítrico (NOx), la dimetilarginina asimétrica (ADMA), dimetilarginina simétrica (SDMA) y la xantina oxidasa (XO) en 74 pacientes con enfermedad arterial coronaria.
En la enfermedad cardiovascular el endotelio se altera. Puesto que el óxido nítrico derivado del endotelio es necesario para mantener una adecuada respuesta vascular, la corrección de la disfunción endotelial se ha convertido en una meta.
El ejercicio ha demostrado mejorar la función endotelial y es la piedra angular de cualquier programa de rehabilitación. Pero nunca se había hecho estudio alguno sobre el efecto de la música en la salud del corazón.
Ahora este estudio demuestra que escuchar tu música favorita por 30 minutos al día, también mejora la función endotelial, aunque el efecto es aún mayor y mucho mejor si además se hace ejercicio.
Para llegar a esta conclusión, los participantes fueron divididos en tres grupos: uno de 30 minutos de ejercicio física, otro de 30 minutos con ejercicio y música, y un tercero que únicamente escuchó 30 minutos de música.
Después de 20 días de entrenamiento los mejores valores de óxido nítrico (NOx) los obtuvo el grupo que combinó música y ejercicio.
El segundo lugar lo ocupaban los que sólo hacían ejercicio y la sorpresa es que quienes sólo escucharon música también mejoraron su función endotelial. La xantina oxidasa también disminuyó significativamente en los tres grupos, reflejando una mejora en la salud cardiovascular.
Sin embargo, la mayor reducción tuvo lugar también en el grupo que combinaba música y ejercicio. La capacidad de ejercicio también había aumentado en los tres grupos: un 39% en el de música y ejercicio, 29% en el de ejercicio y un 19% en el que sólo escuchó música.
Los beneficios de la música se deben posiblemente a la activación del óxido nítrico derivado del endotelio, que tiene un papel protector, y que es liberado en respuesta a las beta-endorfinas que produce el cerebro cuando escuchamos la música que nos gusta.
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