Te quisiste sentir como James Bond, pero terminas sintiéndote como un payaso. Una corbata de moño bien puesta puede darle un gran toque a tu estilo, pero mal hecho y puede verse desastroso.

Sigue estos consejos para siempre atinarle al look que buscas cuando uses la corbata de moño:

Es una corbata, no un clip

Antes de llegar a la forma, existen tres tipos básicos de corbata de moño: la que te amarras tú, la que se pone con clip y la prehecha. Sólo debes hacerle caso a la primera. Si eres un adulto deberías de saber amarrar tus propias corbatas.

Existe más de una forma de corbata de moño

Existe la mariposa, la gran mariposa, la ala de murciélago, punta de diamante, redondo de club y algunos más. Pero cuando piensas en una corbata de moño, probablemente te imaginas al de mariposa. Este es uno de los tipos de corbata de moño más versátiles para cualquier ocasión.

Sólo hombres con cuellos gruesos deberían optar por la mariposa grande. La ala de murciélago es recta, estrecha y angular, perfecto para destacar en un ambiente más casual mientras que la de punta de diamante tiene una forma angular de doble capa y funciona para cualquier ocasión.

Pon atención a la tela y el corte de tu corbata de moño

Reserva las telas más brillosas, como la seda o el satín, para ocasiones más formales. Algodón, lino y lana son tus opciones para aquellos días más casuales. Igual que con las corbatas normales, una corbata de moño formal no se ve bien con camisas casuales y vice versa.

Si no estás seguro si tu corbata de moño es del tamaño adecuado, sólo mira en el espejo. Las puntas de la corbata de moño deberían alinearse con la parte exterior de tu sien y debería encontrarse firmemente alrededor de tu cuello sin asfixiarte.

Empareja los patrones y los colores con confianza

Nunca hagas que tu corbata de moño combine con el cuadro o pañuelo de bolsillo. Es mejor yuxtaponer la formalidad de la corbata con una combinación inesperada. En el caso de patrones, usa una corbata con patrones pequeños con una camisa con patrones grandes o viceversa.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.