Si en tu día a día enfrentas problemas derivados de la procrastinación, aquí tienes algunas alternativas para evitarlos:
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Organiza tu tiempo. Destinar un tiempo a la diversión mejora tu calidad de vida, pero se convierte en un problema si no la disfrutas en el momento adecuado. Asegúrate de que tu diversión no interfiera con tus obligaciones.
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Atrévete. Cuando vayas a tomar una decisión, date la oportunidad de correr el riesgo. Si lo que te interesa es disminuir los riesgos de un fallo, analiza la situación previamente, ¡pero decide!
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Di no a la inmovilidad. El exceso de análisis alimenta la indecisión, y puede paralizarte. No lo permitas: continúa moviéndote.
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Primero la obligación y luego la diversión. Para que disfrutes al máximo aquello que te provoque placer, asegúrate de haber cumplido antes con tus deberes. No vivas los momentos agradables desde la preocupación, ¡verás qué diferencia!
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Más vale una que ninguna. No existe la decisión perfecta, pues efectivamente nada nos asegura que sea exitosa. Sin embargo existe la decisión óptima, esa que ha sido analizada y que toma en cuenta los riesgos naturales. Plantea varias opciones y elige sólo una.
Puedes equivocarte al tomar una decisión, pero considera que siempre podrás tomar decisiones que te ayuden a corregir el rumbo. Procura enfocarte en lo posible y no en lo imposible.
¡No dejes que ni el placer ni el miedo te detengan! Procrastinar sólo hace que te dificultes la vida en un futuro. Aprende a decidir a tiempo, confía en tus decisiones y lleva una vida más tranquila.
Fuente: HCHU