Probablemente has oído que el ejercicio, sonreír o ser voluntario te da un pequeño aumento a tu felicidad, pero si de verdad quieres ser una persona más alegre, saber qué no hacer puede ser igual de importante. Olvídate de estos comportamientos y serás una persona más feliz en la vida:
La gente feliz no checa su Facebook todo el tiempo
En el semáforo, en cuartos de espera, antes de dormir… es fácil volverse adicto a las redes sociales y esto no le hace ningún favor a tu estado de ánimo. Te darás cuenta que cuando estás de buenas, contento y pasándola bien, no estás metido en Facebook, vives el momento y te enfocas en lo que estás haciendo y con quien. Considera eliminar las redes sociales de tu celular.
A la gente feliz no se le olvida tomar un descanso
Si tu agenda para el día está completamente lleno, sientes prisas incluso antes de que ni siquiera empieza tu día. La gente feliz sabe cómo decir que no a compromisos que no son esenciales, saben que su mejor rendimiento es cuando sus horarios son manejables. Si no puedes darte el lujo de evitar tener días muy caóticos, date unos minutos entre juntas o lo que sea para enfocarte en tu respiración, lo mejor que puedes hacer para un día muy ocupado.
La gente feliz no se junta con gente quejumbrosa
En su mayor parte, tú controlas con quién pasas tu tiempo. Si se llena el ambiente de negatividad, sabes cómo salirte de la conversación. Quejarse puede sentirse bien en su momento, pero puede tener un efecto negativo de largo plazo al crear tensión en tus relaciones y tu felicidad.
La gente feliz no asume que el mundo está en su contra
Cuando las cosas no salen como se esperaba, la gente feliz es curiosa y espera que haya una explicación razonable. Se preguntan “¿qué pasó?” en lugar de “¿cómo me pudieron hacer eso?” Se preguntan qué podría estarle pasando a esa persona en lugar de tomarse las cosas de manera personal.
La gente feliz celebra el éxito de otros
La gente infeliz vive en un pequeño mundo donde las recompensas son escasas. La gente feliz vive en un mundo grande donde hay suficiente éxito para todos. La próxima vez que le den un ascenso a un amigo, felicítalo. Ser feliz por otros no significa que no te tocará a ti.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.