¿Es por tu trabajo?, ¿eres muy exigente?, ¿tienes algún trauma? Estas y otras preguntas son las que algunas personas hacen constantemente a quienes aún no se han casado. Si bien son molestas, siempre hay una forma políticamente correcta para contestar.

Una vez que llegas a los 30, si no estás casado(a), la reflexión sobre tu vida en los ojos de las personas comienza a ser muy similar a la película ‘Los juegos del hambre’, donde el matrimonio significa sobrevivir y ayudarte se convierte en una misión de todos.

La incomodad se presenta cuando aquellos que quieren saber por qué no te has casado, esperan una respuesta elaborada y profunda y no algo al azar.

Es por esto que Nimati Emam, planificadora estratégica y especialista en comunicación de la agencia Memac Ogilvy Advize, decidió meterse en la mente de una mujer soltera al momento en que se le hace la temida pregunta:

1. Estamos esperando a ese alguien con quien podemos vivir y con quien no podemos dejar de vivir:Suena meloso, pero es cierto, asegura Emam. Mientras algunos(as) encuentran a esta persona a temprana edad, hay otros que no tienen la misma suerte y esperan años para que llegue. Y acá es donde se forma el problema. Algunas chicas prefieren mantenerse solteras, que estar con la persona equivocada, independiente de la edad. Pero a medida que se va envejeciendo y se está aún sin pareja, pareciera que está cada vez más lejos la esperanza de casarse. Hay quienes ceden a estas presiones y hay otros que no.

2. Algunas personas piensan en el matrimonio como la póliza de seguro del futuro que les libera de la duda y el remordimiento. Yo difiero de eso: El matrimonio no extingue el remordimiento y no transforma al hombre que ‘no amas’ en el ‘indicado’. El matrimonio no es un hechizo que mata demonios del arrepentimiento y la duda. Elegir a alguien por el bien de casarse ahora y ‘enamorarse’ con el pasar de los años, no lo hace más mérito que perder oportunidades de salir con otras personas, aunque sean las equivocadas.

3. Algunas personas aún no se casan porque realmente valoran lo que es el matrimonio: ¿Recuerdan la frase de la película ’27 bodas’? “Creo que quieres una boda, no un matrimonio, una boda”. Esto es exactamente lo que algunas personas que retrasan el matrimonio no quieren. Ellos no quieren sólo la idea de casarse, sino que quieren un matrimonio fuerte y saludable. La gente generalizar cuando dice que quienes no están casados​​, son los que no aprecian establecerse y comprometerse. Podría ser que esas personas entienden el concepto tan bien, que quieren asegurarse de elegir correctamente.

4. Le enseñamos a las niñas a ser dependientes debido a una creencia social arraigada que dice que las mujeres no pueden o no deben hacerlo todo solas. Bueno, algunas niñas (yo incluida) se les enseñó de manera diferente: Así lo declara la especialista en comunicación, quien asegura que cuando el sujeto importante es un hombre, la sociedad lo presiona para procrear, mientras que con las mujeres, son presionadas para que estén seguras y ‘a salvo’. Socialmente aceptamos el hecho de que los hombres tienen todo el derecho a elegir el momento para casarse -cuando esté listo y cuando ya haya logrado sus metas y haya experimentado lo suficiente. Sin embargo, las mujeres se ven obligadas a empezar a correr hacia la jaula de oro, sin importar sus deseos o necesidades, creyendo que tienen que asegurarse una pareja estable, que las mantenga sin importar el costo.

Todo mucho machista. En vez de creer en el potencial de nuestras niñas , animándolas a trabajar , encontrar una carrera que les guste, encontrar un propósito en la vida , encontrar sus puntos fuertes y usarlos para el mayor beneficio, le hacemos creer que el viaje hacia el conocimiento ha terminado con una licenciatura y que la próxima misión es casarse, declara Emam. Si seguimos haciendo esto con nuestras niñas, definitivamente jamás serán capaces de hacerlo por sí solas.

5. Casarse es una elección, y cualquier elección es un trade-off (trato): Al igual que Sheryl Sandberg dijo en el capítulo final de ‘Lean’ y la teoría de las Guerras de Género del profesor Joan Williams, tal vez no todos estamos cómodos con nuestras decisiones. Según indica Nimati Emam, “Dudo que alguno de nosotros esté 100 % seguro de todo lo que estamos haciendo”. Como resultado de ello, declara Emam, inconscientemente mantenemos la molestia contra los que nos recuerdan el camino que no tomamos. La culpa y la inseguridad nos hace dudar de nosotros mismos y, a su vez, juzgarnos entre sí y nuestras decisiones, lo que es perjudicial.

Emam señaló que: “Me parece que la sociedad empuja la idea de casarse en una medida en que nuestro juicio se nubla y empezamos a minimizar el costo de oportunidad negativo – lo que decides dejar de lado o aguantar – y terminamos obsesionados casarnos, sin importar las consecuencias.

Fuente: BBCH