Los antecedentes evolutivos de la reproducción humana pueden aclarar muchos de los misterios más íntimos de la vida.
Te presentamos algunos datos de las raíces más profundas de nuestra cronología reproductiva que están detrás de las células sexuales, del comportamiento de apareamiento, la gestación y la forma como cuidamos a nuestros bebés.
[accordion auto_height=”false” ui_theme=”ui-smoothness” collapsible=”0″ active=”0″][accordion_panel title=”1. ¿Por qué los testículos de los hombres se encuentran en el exterior del cuerpo?“]En la mayoría de los mamíferos, incluidos todos los primates, los testículos descienden desde su posición inicial junto a los riñones, hacia un escroto que se encuentra fuera de la cavidad corporal.
La explicación más aceptada para el descenso de los testículos es que está relacionado con la elevada temperatura corporal típica de los mamíferos. Sabemos que cuando los testículos de un hombre permanecen dentro de la cavidad corporal, se produce infertilidad.
Al parecer, una temperatura más baja favorece el almacenamiento de espermatozoides.
Sin embargo, está claro que la producción de espermatozoides puede ocurrir dentro del cuerpo, ya que algunos mamíferos —como los delfines, los rinocerontes y los elefantes— producen espermatozoides aunque sus testículos no descienden. Estos tienen adaptaciones especiales para almacenar los espermatozoides en sitios donde la temperatura es menor. [/accordion_panel] [accordion_panel title=”2. ¿Cuántos espermatozoides se necesitan para garantizar la fertilización?“]La respuesta breve es que se necesita solo un espermatozoide para fertilizar un óvulo. De hecho, es desastroso cuando dos o más espermatozoides fertilizan un óvulo, porque solo debe haber un paquete de cromosomas paternos.
Existen mecanismos especiales para evitar que varios espermatozoides fertilicen un óvulo. Sin embargo, la eyaculación humana promedio contiene 250 millones de espermatozoides.
¿Por qué tantos? En varios estudios se ha demostrado que los hombres cuyas eyaculaciones contienen menos de 60 millones de espermatozoides tienden a tener problemas de fertilidad. La fertilidad mejora conforme aumenta el conteo de espermatozoides hasta cerca de 200 millones, pero después de esa cantidad el incremento ya no parece tener efectos en la capacidad de fertilizar.
Solo unos cientos de los millones de espermatozoides que se eyaculan terminan cerca del óvulo. Parte de esa disminución sirve para eliminar los espermatozoides no aptos.
Los espermatozoides deformes son filtrados por la mucosa del cuello del útero (cérvix) y probablemente se filtren otros tantos en la trompa de Falopio, un conducto que permite que los óvulos lleguen desde el ovario hasta la matriz. Se cree que se necesitan tales cantidades de espermatozoides para garantizar que solo un espermatozoide de alta calidad llegue al objetivo. [/accordion_panel] [accordion_panel title=”3. ¿Es cierto que el conteo de espermatozoides humanos está disminuyendo?“]Desde 1974, varios estudios han indicado que el conteo de espermatozoides en los humanos ha disminuido a casi la mitad en varias poblaciones industrializadas durante los últimos 60 años, más o menos.
Sin embargo, esta conclusión ha sido cuestionada por muchas razones, entre ellas que hay diferencias muy marcadas entre la incidencia y el momento cuando se presenta en las diferentes regiones. También se indicó que la reducción de espermatozoides podría ser consecuencia de los cambios en los métodos de conteo.
Se han usado los mismos métodos para estudiar los conteos de espermatozoides en animales de granja como reses, ovejas y cerdos, y no se ha presentado un decremento.
Los conteos de espermatozoides en humanos no se han reducido a un nivel que amenace gravemente la fertilidad.
Lo más preocupante en este punto es que la reducción en los conteos de espermatozoides va acompañada de un notorio aumento en las anormalidades en el sistema reproductor masculino —como testículos que no descienden y desarrollo anormal del pene—, además de tasas más elevadas de cáncer de testículo y próstata.
Las pruebas indican que hay un efecto ambiental que solo está afectando a los humanos. Se han considerado varios factores, pero los candidatos más prominentes son las toxinas ambientales que imitan los efectos de las hormonas esteroides. [/accordion_panel] [accordion_panel title=”4. ¿Hay un periodo fértil específico en el ciclo de una mujer?“]Desde la década de 1930 el pensamiento y acción médicos se han basado en el modelo del “temporizador ovular” del ciclo menstrual humano (también llamado “método del ritmo”), en el que la ovulación y la concepción ocurren regularmente cerca de la parte media del ciclo.
Esta noción es una simple abstracción estadística. Los ciclos menstruales muestran una variación considerable tanto en duración —que rutinariamente va de tres a cinco semanas— como en el momento cuando se presenta la ovulación en referencia a la menstruación.
Lo más importante es que varios estudios llegan a la revolucionaria conclusión de que los espermatozoides se almacenan en el útero humano, probablemente en criptas en el cuello uterino. Esto significa que si una mujer ovula en el día 1, puede tener coito en el día 10 y de ello concebir un bebé.
Esto presenta grandes cuestionamientos con respecto al “método anticonceptivo del ritmo”, según el cual los espermatozoides sobreviven solo durante dos días y los óvulos tienen una vida útil limitada de un día.
En la práctica, el método del ritmo es muy poco confiable.
Lo peor es que evitar deliberadamente el coito en los días cercanos a la ovulación puede incrementar el riesgo de fertilización con un espermatozoide u óvulo envejecido, por lo que es probable que haya una anormalidad en el feto. Varios estudios indicaron que esto es, de hecho, lo que ocurre. [/accordion_panel] [accordion_panel title=”5. ¿Por qué el parto humano es tan largo y doloroso?“]El parto humano es un proceso desafiante que usualmente dura varias horas, y no una o dos como en los demás primates. Esto se debe a que nuestros recién nacidos son inusualmente grandes —dos veces más grandes que los bebés de los grandes simios— y tienen un cerebro particularmente grande.
Las mediciones revelan que el tamaño de la cabeza del recién nacido se lleva hasta el límite. En biología, las dimensiones generalmente coinciden con una curva de campana, lo que en estadística se considera una distribución normal (a mayor tamaño de la cabeza, mayor tamaño del canal de parto, y viceversa).
La selección natural ha actuado en contra de las cabezas demasiado grandes y de los canales de parto pequeños. Sin embargo, en el humano esta selección ha creado ajustes tan limitados, que el cerebro humano tiene que crecer inusualmente después del parto. En otros primates, el cerebro del recién nacido mide la mitad de lo que medirá en su adultez, pero en los humanos es solo una cuarta parte.
Así, a pesar del gran tamaño de los recién nacidos humanos y de su cerebro, se necesita un rápido crecimiento cerebral adicional después del parto. [/accordion_panel] [/accordion]
CNN