Las bodas sacan lo mejor y lo peor en la gente. Sin importar cuánto se planea el gran día, siempre hay un invitado o dos que tratan de estropear las cosas.

Un buen consejo: la boda no se hace por los invitados, es para la pareja que se está casando, así que te convendría tomar en consideración estas recomendaciones para cuando vayas a una boda para que no trabajes en arruinarla:

Nunca te sientes en la primera fila

Nunca deberías de sentarte hasta delante durante la ceremonia al menos de que seas familia directa o te invitan a sentarte en la primera fila. Incluso si es una boda más casual, mantén la tradición y deja la primera fila para la familia o el grupo de la boda (las madrinas, los padrinos, etc). La única excepción es si alguien del staff de sienta hasta delante.

Nunca lleves a un acompañante que no fue invitado

Las sorpresas en una ocasión estresante como una boda están prohibidas. Si dijiste que llegarías solo, no vayas a llegar con tu nueva pareja o la persona con quien estás saliendo. O si no fue mencionado que puedes llevar un +1, no asumas que puedas. Cada invitado le cuesta dinero a la pareja y a sus familias. Es incómodo cuando traes a alguien que no fue contemplado y que no tenga en dónde sentarse.

Que no se te olvide confirmar tu asistencia

La mayoría de las parejas le dan más que suficiente tiempo a sus invitados de confirmar su asistencia cuando envían las invitaciones. Es difícil hacer todos los arreglos y los planes de la boda si no confirman todos los que irán. Además, es grosero dejar a tus amigos esperando tu respuesta de que si vas o no a su boda, pero es aún más grosero aparecer en la boda cuando nunca confirmaste.

No lleves regalos grandes a la ceremonia

Hagas lo que hagas, no hagas que la nueva pareja tenga que cargar una caja enorme de una batería de cocina a su casa. Los regalos grandes son una molestia en la boda porque transportar tantas cosas puede ser difícil si no caben todos en el coche. Esto no significa que no debas comprarles algo grande, es más respetuoso mandar esta clase de regalo a la casa de la nueva pareja. Aún así, no llegues a la boda con las manos vacías. Puedes llevar una carta que diga que algo les espera en casa, por ejemplo.

No interrumpes a los recién casados

Cada pareja se merece un minuto para disfrutar de su almuerzo después de la ceremonia. Es impresionante la cantidad de gente que se acerca a la mesa de los casados para pedirles que los acompañen a su mesa o lo que sea. La pareja va a estar ahí toda la noche, así que no es necesario que interrumpas su primer almuerzo como casados.

No sorprendas a la pareja ni a los organizadores de la boda

Los discursos sorpresa son la pesadilla de todo organizador de bodas. Las sorpresas, discursos y brindis adicionales pueden estropear toda la organización del horario. O peor aún, pueden restarle a la magia del momento. Un discurso sorpresa por insistencia de un amigo o pariente podría tomar unos 10 a 15 minutos más de lo planeado, tiempo que se resta para poder bailar y pasar tiempo con los invitados.

Sólo recuerda, la boda es para los que se casan, no los invitados. Tú estás ahí para celebrar la felicidad de tus amigos que decidieron pasar el resto de sus vidas juntos, no es una fiesta para tu deleite.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.