Ser despedida por primera vez ha sido de las experiencias más desesperantes de mi vida; llegué a pensar que todo fue mi culpa y que no encontraría trabajo pronto. Tardé en entenderlo pero comprendí que al final, ese despido fue el inicio de una gran oportunidad. Son varias las lecciones que aprendí después de que me despidieron y creo que es buena idea que tú las sepas porque te ayudarán a darle la vuelta a tu situación.
1. Aprendí a separar mi valor de mi trabajo
¿Quién eres además de la persona que se levanta a trabajar todos los días? Aunque me costó trabajo resolver la pregunta, aprendí a quererme como persona y no sólo como profesionista.
Aprender a valorar tu parte humana mejora tu relación contigo mismo y al mismo tiempo, te ayuda a apreciar a las demás personas que te rodean más allá de sus méritos profesionales. Y creo que eso es muy importante.
2. Aprendí a confiar en mi instinto
Pensé en renunciar muchas veces antes de que me despidieran; había varias cosas que no me parecían correctas y mi instinto me decía que merecía algo mejor. Esta vez aprendí que seguir mi instinto era buena idea cuando las cosas empezaban a ir mal; esa vocecita que te habla sabe mucho de ti y cuando la escuchas, estás actuando desde el fondo de tu inteligencia.
3. Aprendí a aceptar las cosas
Por más que pretendía que el trabajo donde me encontraba era el ideal; mi talento simplemente no pertenecía ahí aunque me rehusaba a aceptarlo. Ser despedido me ayudó a aceptarlo y poder analizar la situación por completo. Una vez que distingues la ficción del hecho, es más fácil dar el siguiente paso.
4. Pude empezar desde cero
Este despido me hizo preguntarme una vez más hacia donde quería continuar con mi experiencia laboral. En realidad podría elegir lo que yo quisiera; las opciones eran numerosas y las ofertas comenzaron a llover. Ahora me pude dar el lujo de elegir cómo iba a continuar trabajando para ganarme la vida.
5. Aprendí a no dar por sentado mi trabajo
El desempleo te dará una nueva perspectiva sobre tener un trabajo que probablemente nunca habías experimentado; el valor que tiene un trabajo. Tener un trabajo tiene beneficios más allá de lo económico, es una forma constante de superarse y crecer personal y profesionalmente.
Al entender el valor que cualquier trabajo le aporta a tu vida, tendrás una visión diferente cuando comiences en tu nuevo trabajo.
Ser despedido es una experiencia bastante dolorosa y aunque probablemente no podrás evitar ser despedido, lo que sí puedes cambiar es la experiencia que vivirás los meses después del despido y convertirla en una experiencia muy poderosa.
