Si algo aprendimos de Tyler Durden (Brad Pitt en El club de la pelea), es que muchas veces, si no es que la mayoría, desempeñamos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos. La mercadotecnia logra hacer esto: crearnos necesidades de la nada. Y lo hace muy bien. Podríamos pensar en el celular, por ejemplo. Hace 15 años nadie necesitaba un aparato similar y ahora nadie puede vivir sin uno (aunque realmente sí se podría).

Puede ser que el celular sea mal ejemplo ya que, siendo sinceros, es un invento bastante últil. ¿Pero que me dicen de los productos de los infomerciales? Esos que juran que bajas 3Kg en tres días con solo ponerte una faja y mirar televisión en lo que sigues tragando como siempre. No todas las personas caen, pero por alguna razón siguen exstiendo. Más personas de las que creemos compran ese tipo de productos.

En fin, el caso es que muchas veces derrochamos nuestro dinero en productos que no necesitamos, no queremos y ni nos sirven para nada. En esta lista proporcionada por Pijama Surf, se presentan seis gastos inútiles que hacemos regularmente y que podríamos evitar. Esta no es una lista definitiva, existen muchos otros gastos que hacemos que son sinónimo de echar nuestro dinero  a la basura. Si con este artículo logramos que la gente se de cuenta de algunos gastos inútiles personales, hemos cumplido nuestra función.

Palomitas en el cine

Las entradas al cine oscilan entre $5 y $7 dólares, con el agregado de que un paquete de palomitas medianas cuesta más o menos lo mismo. Además de que unas palomitas en un cine cuestan hasta ocho veces más que un paquete de palomitas de microondas para preparar en casa, su contenido es poco menos que saludable: unas palomitas medianas contienen 60 gramos de grasa saturada, 500 miligramos de sodio y entre 800 y 1,200 calorías por paquete, dependiendo del cine. Es más o menos como comer 30 tiras de tocino con ocho cucharadas de mantequilla; y no creas que el refresco de dieta es efectivo para digerir esa cantidad de grasa.

Libros de texto y periódicos

Además de las cuotas que muchos estudiantes deben pagar como parte de su educación, los materiales de lectura pueden representar costos extra. En universidades de Estados Unidos, un estudiante puede llegar a pagar hasta $1,100 dólares anualmente por libros y materiales de trabajo. En Latinoamérica, con una ley arbitraria y mucho menos estricta sobre derechos de autor, las fotocopias son una buena ayuda para no gastar en libros, pero eventualmente los costos de tener una biblioteca de fotocopias también afectan el medio ambiente.

Existen muchas opciones para digitalizar libros, y algunos profesores están optando por construir temarios basados en materiales que pueden encontrarse en línea o que pueden descargarse gratuitamente desde bibliotecas digitales a los que la universidad esté afiliada. Libros de texto de código abierto forman parte de la educación de más de 50 mil estudiantes en 360 universidades de Estados Unidos, pero eso aún es menos que una décima parte de los estudiantes matriculados en el sistema universitario. Consultar las versiones digitales de los principales diarios también es una buena forma de mantenerse informado sin almacenar ingentes cantidades de papel.

Impresoras de inyección de tinta

Uno de los líquidos más caros en el planeta actualmente (además del petróleo y la sangre humana) es la tinta para impresoras. En el mercado electrónico, las impresoras de inyección de tinta son baratas a comparación de las impresoras láser, pero el costo oculto son los cartuchos de tinta. Con documentos en PDF, tablets, firmas electrónicas y la evolución de las burocracias estatales y de los bancos para realizar trámites por Internet, la necesidad de imprimir puede ser superada. Para las cosas que es necesario imprimir, la sugerencia es comprar impresoras láser, que aunque son una inversión más cara en un primer momento, cuentan con cartuchos de tinta más económicos.

Mensajes de texto (SMS)

Un mensaje de texto puede costar entre $15 y $25 centavos de dólar, que se cargan a tu servicio de prepago o a tu cuenta de celular, según el plan que tengas. A pesar de que el costo de enviar un SMS es prácticamente irrelevante para las compañías telefónicas (necesitarían más de 500 mensajes de texto para equiparar la infraestructura de comunicación que transmiten en una llamada telefónica de un minuto), los planes telefónicos con paquetes de mensajes gratuitos muchas veces parecen atractivos para el usuario (que los ve como un agregado dentro de un paquete de minutos o de banda ancha, por ejemplo), sin ver que servicios digitales como Google Hangouts, Facebook Messenger y sobre todo WhatsApp te permiten enviar y recibir gratuitamente mensajes de texto que no se cobran individualmente.

Utilizar algún tipo de mensajería online además permite compartir gratuitamente fotos, audio o video, aunque tiene la desventaja de requerir un smartphone y que tu destinatario también tenga instalado el servicio o la aplicación en su celular.

Multivitamínicos

Aunque las últimas investigaciones sobre vitaminas y suplementos alimenticios indiquen que su efecto es más bien de placebo (y que en dosis altas, de hecho, pueden ser perjudiciales), se estima que la mitad de la población de Estados Unidos utiliza alguna píldora no-médica en su día a día, a un costo estimado de $2 dólares por pastilla, tableta o comprimido. Los investigadores afirman que una dieta balanceada y ejercicio físico son mejores formas (y más baratas) de mantenerse en buen estado de salud.

Garantías extendidas

Con los aparatos electrónicos tendemos a aplicar una lógica que conocemos de sobra: la lógica del seguro de vida, esa de que es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo. Desde muebles y automóviles hasta equipos de cómputo, muchos fabricantes ofrecen una garantía extendida (con un costo adicional) para extender la garantía sobre defectos de fábrica. Sin embargo, la mayoría de los electrodomésticos y equipo electrónico no presentan desarreglos antes del tiempo que cubre una garantía estándar, y el costo por su reparación no suele superar el de la garantía extendida.

Esta última en realidad es un negocio que brinda comisiones a los vendedores que las ofrecen. Es necesario tener cuidado, pues muchas veces las garantías extendidas se cobran automáticamente, especialmente cuando compramos con tarjeta de crédito. Revisar las notas de compra y preguntar a los vendedores sobre el sistema de garantías que ofrecen para sus productos puede ayudarnos también a no gastar innecesariamente.