Ser quisquilloso con lo que comes no es delito, pero si te interesa mejorar tu dieta, hay maneras de hacer que la comida sea más deliciosa y menos como una tortura.
Aunque pueda tomar algo de trabajo, estos life hacks pueden ayudar. Aquí hay seis maneras simples para superar los problemas que tendrás con las verduras:
1. Olvida cómo te sentías de pequeño
Si no te has comido una verdura desde que saliste de la primaria, ahora sería buen momento para volverlo a probar. Tus papilas gustativas son más sensible a sabores amargos cuando eres pequeño. Por lo tanto, aunque el broccoli te haya sabido feo antes, puede que ahora sí te agrade el sabor.
2. Rodéate de comida saludable
Nadie nace gustándole ciertos alimentos. Por ejemplo, en México nadie nace ya gustandoles los tacos, esto pasa porque siempre están presentes en todas partes porque es parte del entorno. En lugar de comprar las mismas porquerías de siempre, crea el hábito de llenar tu cocina y despensa con pasta integral o pechuga de pollo orgánico. Conforme te vas acostumbrando a tener comida buena alrededor de ti, podrías terminar queriendo comerlo más seguido.
3. Hazlo de poco en poco
Si la idea de comer zanahorias solas te da asco, no lo hagas. Empieza emparejandose con algo rico, como aderezo de ranch. Después de un rato, quizá quieras combinarlas con algo más saludable, como hummus. Si ahí te quedas, no hay problema, si no te gustan las zanahorias con nada más, no estás obligado a comerlo.
4. Hazle caso a ts antojos por lo dulce
Aprovecha el hecho de que la gente está programada para tener antojo por el azúcar. En lugar de forzarte a comer verduras crudas o al vapor, intenta rostizarlos para sacarles su dulce natural. Quizá no sientas que el col de bruselas podría saber a dulce, pero cuando esta caramelizado y crujiente, de verdad sabe a dulce.
5. Opta por lo elegante
Según estudios, aquellos que pagan más por una comida de buffet reportaron sentir mayor satisfacción con su almuerzo comparado con aquellos que pagan menos, aunque ambos grupos hayan comido lo mismo. Esto pasa porque solemos pensar que la comida barata es de menor calidad. Cuando se posible, gasta un poco más en tu alimento optando por opciones orgánicas. De esta forma te engañas de algún modo para creer que la comida es más rica.
6. Procura tener hambre
Antes de molestarte con la ensalada, fijate si tienes hambre. Esto es porque es mucho más probable que estés dispuesto a comer lo que sea que está frente a ti cuando tu tripa te lo anda pidiendo ruidosamente.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.