Hambre de ojo
Ves algo como una pizza e inmediatamente crees que tienes hambre. Antes de agarrar una rebanada piensa si gustarías una manzana envez. Si no, entonces no tienes hambre, pero en el caso de que si, come, pero disfruta cada mordida para parar cuando hayas comido suficiente.
Hambre de nariz
Hueles unos ricos rollos de canela. Si realmente tienes hambre, come un poco o algo más sano con canela si puedes evitarlo.
Hambre del corazón
La tristeza, la ansiedad, aburrimiento o cualquier emoción negativa puede causar esto. Si estás en la cocina buscando algo de comer, piensa en qué te está molestando primero y mejor lidia con ese problema en lugar de taparlo con comida.
Hambre de la boca
Se te antoja de repente algo cremoso, crujiente o quizá frío. Ciertas texturas pueden ser psicológicamente satisfactorias cuando no tengas hambre. Aprende qué cualidades se te antojan y mantén la porción pequeña y ligera.
Hambre mental
¿Tienes hambre? ¿No, pero ya es hora de comer? Evita comer cuando no tengas hambre, pero si realmente ya deberías de comer, hazlo hasta sentirte lleno.
Hambre celular
(Las células, no el teléfono) Si sientes cansancio, se te antojará comer chatarra, lo cual puede dejarte sintiendo más cansado. Una siesta de 20 minutos te ayudará a quitarte este antojo. Si no tienes tiempo, algo con mucha proteína te recargará la pila.
Hambre del estomago
¿Te cruje la tripa? Pues come. Si tu panza ya está haciendo ruidos, es porque necesitas comer y no se trata de un simple antojo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.