El artista alemán radicado en Nueva York, Markus Linnenbrink creó una encantadora instalación que envuelve a los visitantes en un patrón de colores. Se trata de un cuarto coloreado pintado con acrílicos cubiertos con resina que crea una experiencia única. Linnenbrink se ha dedicado a la pintura sobre lienzo, pero, sin importar eso, usa el espacio para tener un efecto completo que juega entre los límites del color y la separación.