Científicos tienen grandes esperanzas para el ruido blanco.

El ruido blanco es una señal aleatoria que se caracteriza por el hecho de que sus valores de señal en dos tiempos diferentes no guardan correlación estadística. Por lo tanto, su densidad espectral de potencia es una constante, osea que su gráfica es plana. La señal tiene todas las frecuencias y todas tienen la misma potencia.

Es el mismo principio de la luz blanca, que contiene todas las frecuencias del espectro visible. También queda mencionar que la estática que podemos ver en las teles es una representación visual del ruido blanco, ya que todos los pixeles (o puntos) no guardan correlación entre sí y su densidad espectral de potencia es constante.

Pues resulta que dos investigadores encontraron una fórmula matemática para crear el equivalente del ruido blanco olfatorio, el cual podría servir para neutralizar cualquier mal olor del cual te quisieras deshacer.

¿Cómo funciona esto exactamente?

El Dr. Lav R. Varshney y su hermano, Dr. Kush Varshney, los dos investigadores, descubrieron que compuestos químicos en cualquier olor que puedes detectar tienen un juego opuesto de compuestos, de tal manera de que si se mezclan se neutralizan.

Ambos investigadores juntaron una base de datos de olores, ligando componentes de olores con clasificaciones de varias propiedades de olor. Luego construyeron un modelo que usa la base de datos para identificar un olor que quieras eliminar y encontrar los componentes con la clasificación del olor opuesto.

Usando este modelo, demostraron que una combinación de 38 componentes podrían eliminar casi por completo los olores particularmente acres de la cebolla, atún fermentado japonés y el chucrut.

El descubrimiento del blanco olfatorio se llevó a cabo en el 2012. Y cómo explican los investigadores, al igual que el ruido blanco es una combinación de muchas frecuencias de sonido diferentes y la luz blanca es una mezcla de diferentes frecuencias de luz, el blanco olfatorio es una mezcla de diferentes componentes olfativos.

Ahora los investigadores están imaginando formas en las que este nuevo método para hackear el «blanco olfatorio» podría usarse en el futuro.

«Una aplicación de esto sería mejorar la calidad de aire dentro de edificios, coches, aviones, etc., al neutralizar malos olores que estén presentes. Otra aplicación sería transformar alimentos nutritivos que le disgustan a algunas personas en algo con un buen sabor al agregar otros aditamentos potencialmente nutritivos, dado que el olor es un contribuidor central para la percepción de sabor.»

Publicado por Othón Vélez O’Brien.