No hace mucho por internet circulaba una noticia que de esas difíciles de creer, de esas que por cierto le dan esperanzas a más de una: Debbi Wood, también conocida como la mujer más celosa del mundo, se casó.
Debbi confesó que sigue luchando contra lo que los propios médicos le diagnosticaron como síndrome de Otelo, un padecimiento que la orilla a someter a su esposo al detector de mentiras cada vez que regresa a casa. No solo eso, sino que además le revisa los mails, las cuentas bancarias y le prohíbe ver fotos de mujeres en todo momento.
El síndrome toma su nombre de la conocida obra de Shakespeare, Otelo, que mata a Desdémona poseído por unos celos enfermizos. El síndrome de Otelo es un delirio por el cual la persona que lo sufre está firmemente convencida de que su pareja le es infiel.
“La persona está obsesionada con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren, por ejemplo, entrando en la computadora o mirando el celular de su pareja. También puede mostrarse violenta o humillar al otro”, dice a BBC Mundo Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.
La manera de tratar el síndrome de Otelo es buscar las causas que lo provocan. La psicoterapia es fundamental y en los casos extremos se recomienda medicación.
Distintos tipos
Pero los celos no son necesariamente patológicos. Según Ghedin, forman parte del capital de emociones que toda persona tiene. Se consideran síntomas de un trastorno psiquiátrico solo cuando dominan al sujeto e interfieren notoriamente en su vida de relación y en el resto de sus ocupaciones.
Podemos clasificar a los celos como:
-Reacción emocional normal: es transitoria, no condiciona la vida de la persona ni de los demás.
-Reacción emocional desmedida: afecta sobre todo las relaciones amorosas. Es más frecuente en mujeres con diferentes grados de dependencia. Pueden o no haber existido situaciones previas de infidelidad (ya sea personales, familiares o de amistades cercanas). Son controladoras y pretenden que el otro les despeje infinidad de dudas que nunca llegan a ser aclaradas.
-Celos como rasgo distintivo de la personalidad: son personalidades desconfiadas, suspicaces, que condicionan la vida del sujeto y del entorno. Afectan todas las áreas: relaciones familiares, amorosas y trabajo, entre otras. Son fríos, calculadores, encuentran amenazas donde no existen y están convencidos de que lo que piensan es una “verdad” indiscutible. Se denomina Trastorno Paranoide de la Personalidad.
-Síndrome de Otelo: es un trastorno delirante con ideas de celos, también denominado celotipia. Son ideas que atrapan el pensamiento y convencen al sujeto de que el otro le es infiel. El delirante celotípico construye su delirio con datos irracionales y pierde el tiempo tratando de hallar comprobaciones para confirmar sus sospechas. Los delirios de celos pueden formar parte del trastorno delirante crónico o paranoia, pero también lo observamos en los comienzos de cuadros demenciales por deterioro involutivo de la corteza cerebral y en el alcoholismo crónico.