Aunque abrir un diccionario puede no parecer tan divertido y emocionante como tener relaciones sexuales o comer chocolate, un nuevo estudio sugiere todo lo contrario.
Según el estudio, publicado en la revista Current Biology, investigadores en España y Alemania descubrieron que ampliar el vocabulario activa el estriado ventral, una parte de procesamiento de recompensa del cerebro involucrada en actividades placenteras como el sexo, los juegos de azar, el consumo de drogas o comer buena comida.
En otras palabras, aumentar tu vocabulario puede ser igual de bueno a tener relaciones sexuales o drogarse.
“El objetivo del trabajo era ver hasta qué punto aprender un lenguaje podría activar estos circuitos del placer y recompensa”, explica Antoni Rodríguez Fornells, autor principal del estudio. “Además, que el lenguaje se haya podido sustentar en circuitos de este tipo es una hipótesis interesante desde el punto de vista evolutivo”, añade.
¿Qué quiere decir esto? Para el estudio, se pidió a 36 participantes aprender el significado de palabras nuevas deduciéndolo a través del contexto. También participaron en una actividad de juego en la que debían apostar dinero. En ambos casos se activaron las regiones de motivación y recompensa del cerebro.
Aprender da placer y además, las personas que tienen una mejor conexión con el área de recompensa del cerebro eran capaces de aprender más palabras.
Esto está lejos de ser el primer estudio que muestra una relación entre el aprendizaje y el placer, pero sí ayuda a explicar por qué las personas se sienten atraídas por el aprendizaje de nuevas palabras e idiomas. Tal vez hay una razón evolutiva de por qué amamos los crucigramas y el Scrabble.