Cuando el refrán dice que “de tal palo, tal astilla” no se refiere únicamente a la personalidad que los hijos aprenden de sus padre sino también al aspecto que heredan de éstos.
Y es que aunque algunos quisieran negarlo, es imposible no notar el parecido entre padre e hijos, pues los genes nos moldean de principio a fin. Compruébalo con estas imágenes: