A veces el mundo no es lo que esperabas ni viceversa, y no cabe duda que los estereotipos, mismos que dictan que todas debemos ser sensibles, frágiles y agradecidas, pesan sobre la personalidad y sobre las emociones de las mujeres. Seguramente en muchos momentos te has sentido como una extraterrestre o una especie exótica sólo por no saber cómo reaccionar ante ciertas situaciones de la forma en que todos lo hacen o esperan que lo hagas. Así que si eres una mujer “fría” o emocionalmente reservada sabrás que estas son 9 situaciones con las que tienes que luchar a diario:
1. Los cumplidos no son tan halagadores
“Disculpa, pero tus ojos son como el vainilla latte que se me ha antojado todo el día”. Bueno, la mayoría de las mujeres probablemente se sonrojarían con esa frase, pero tú miras a aquel que lo ha dicho, lo ves con mala cara y te vas. Ni siquiera una sonrisa.
2. No tienes tiempo para un “lo siento”
“Lo siento” no significa mucho para una mujer que no tiene tiempo para escucharlo. No es que no aprecies a las personas con las que has tenido algún problema. Simplemente no crees que sea necesario. Valoras más los hechos que las palabras. Además, sueles arrepentirte poco de aquello que hiciste.
3. Hablar de tus problemas… ¿para qué?
No te gusta exponer tus sentimientos. Prefieres analizarlos y superarlos por ti misma. Sabes que hay personas que se preocupan por ti pero no quieres hacerles perder el tiempo. Prefieres ser el hombro en el que lloren antes de ser la que moja el hombro de otro.
4. Tú + coquetear = muy incómodo
“Hola preciosa, ¿cómo estuvo tu día?” No sabes realmente qué responder, pero lo haces de todos modos: “Estuvo bien. No tenía que trabajar, así que fui a ayudar a mi abuela a depilarse los pies, y después hicimos una venta de garaje”.
Cuando alguien trata de coquetear contigo no sabes si en realidad quiere saber sobre tu día, o si solo quiere ver qué tan lejos puede llegar. No es que seas ingenua, es que eres muy directa y ellos lo son poco. Si te hablan de manera normal, contestas de manera normal. Las indirectas no te gustan porque no te gusta perder tu día dándole vueltas a qué pudo significar una frase.
5. Todos te buscan en tiempos de necesidad…
Lo cual está bien. La mayoría de la gente está acostumbrada a llamarte y hablarte de sus problemas. Y amas ser esa persona. Sin embargo, cuando tú eres la que llama piensan que se viene el fin del mundo porque tú nunca llamas para hablar de ti misma.
6. Dices bromas cuando algo serio está pasando
Algo realmente serio pasa, y no sabes cómo planteártelo. Tu torpeza entra triunfante con alguna broma tonta. No es tu culpa preferir aligerar el ambiente en vez de contribuir a él.
7. Literalmente no puedes con gente sobre-emocional
No puedes cuando alguien está siendo muy dramático sin razón. Sabes que hay problemas más grandes en el mundo, y quieres preguntar por qué tiene que hablar tanto sobre sus pequeños dilemas todo el tiempo. La gente que sobre-dramatiza sus problemas te vuelve loca.
8. Solo porque estás callada la gente asume que hay un problema
“Lo siento, solo estoy pensando sobre cómo dominar el mundo, pero no estoy enojada. De hecho, el mesero del café me dio un latte gratis en la mañana, así que la vida es buena. Simplemente no quiero hablar del tema. Estoy bien, lo juro”.
9. No sabes cómo manejar estar enamorada
A pesar de la etiqueta de emocionalmente indispuesta que te ha puesto la sociedad, alguien ha decidido que le gustas. Siempre te encuentras a ti misma accidentalmente hablando con tipos, como un cliente del trabajo o tu mejor amigo. Odias que aparezca alguien en tu vida sin esperarlo. Siempre sucede. No te preocupes, si realmente te quieren, lograrán seguir adelante. No tengas miedo de mostrar un poco de emoción a tu hombre.
Vía: Thought Catalog