Aunque no lo creas, cuando se trata de tu maquillaje, el orden en que te lo aplicas es tan importante como qué productos usas. Sorprendentemente, la cara no debería ser el primer lugar donde empieces. Si el maquillaje de tus ojos siempre termina corriéndose en tu cara, causando que tengas que quitarte la base y empezar de nuevo, la solución es simple: empieza con el maquillaje en tus ojos primero.
La sombra suele descarapelarse mientras la aplicas, especialmente si quieres el efecto de “smoky eyes”. Empezando con los ojos te asegura que no tendrás que volver a ponerte la base o el corrector. Este truco te ahorrará mucho tiempo para arreglarte.
Cuando se trata de el maquillaje en tus ojos, deberías aplicar las sombras primero, luego el delineador, que se usa para darle capas a la sombra y creas mayor definición. Sin embargo, si no tienes el pulso quieto, puedes aplicar el delineador primero y luego mezclar la sombra encima para suavizar las líneas.
Aplica el rimel hasta el final ya que al aplicar las sombras o el delineador después del rimel puede causar que los productos se corran en las pestañas, creando grumos.
Después puedes seguir tu rutina como siempre, aplicando la base, el corrector y el polvo. Si quieres tener un brillo como que estuviste en el sol, pon un poco de bronceador después del polvo ya que el bronceador es sólo para agregar un poco de color a las zonas donde te da naturalmente el sol (como las orillas del cabello, la cien, arriba de tu nariz y los pómulos.)
En cuanto a tus labios, usa el delineador antes del labial, funciona como primer y define la forma de tus labios.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.