Adam S. Doyle crea animales monocromáticos, pintando criaturas que saltan, vuelan y nadan con sus pinceladas sencillas. Los detalles ambientales de Doyle son limitados, ya que en lugar se enfoca en el sujeto que ocupa la mayoría del espacio en el cuadro.
Sus lobos auyantes y sus conejos pensativos tienen una cualidad ilustrativa para compensar, algo que podría originar de su interés en interpretar narrativas para portadas de libros, tarjetas y posters.
Doyle no intenta ocultar las pinceladas en su trabajo, sino que los deja evolucionar orgánicamente. Él explica que su trabajo siempre empieza con su amor por la magia de la creación, transformando superficies en blanco en cosas vivas.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.