El artista Michael Zelehoski encuentra objetos descartados de madera, los deconstruye y los vuelve a armar para crear representaciones bidimensionales de si mismos, aunque parezcan tridimensionales.
Explicar estas anti-esculturas se siente como debatir o justificar una paradoja, pero los trabajos en sí son fáciles de mirar y bellos a la vista.
Estas no son capas de madera que están pegadas sobre una superficie. En lugar, Zelehoski sujeta y pega estas piezas de madera con volumen uno a lado de otro como un rompecabezas. Los fondos blancos o negros simplemente son recortes para rellenar los espacios.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.