Se dice que para adquirir un hábito se necesitan 21 días, por lo tanto para dejar alguno, es necesaria la misma cantidad de tiempo.
Durante meses fuiste una parte muy importante en mi vida, casi todo lo hacía contigo, hablábamos prácticamente todo el día, si me pasaba algo importante eras la primera persona a quien le contaba, incluso en los malos momentos, siempre fuiste el primero en mi lista, la única persona con la que quería estar. Entonces, después de que para ti fue muy fácil arrancarme de tu vida, prácticamente de la nada y sin algún aviso previo. Y en vista de que no me quedaba de otra más que aceptar la situación; me puse el reto de terminar con el mal hábito de necesitarte.
Así que eso fue lo que hice; estar 21 días ininterrumpidos sin tener ningún tipo de contacto contigo, para esto tuve que borrar cualquier conversación, las fotos, los videos, ¡todo! Borré tu número de celular, evité los lugares posibles en los que podría encontrarte, no te hablé, no te mandé mensajes de ningún tipo, no visité ninguna de tus redes sociales, de hecho te eliminé de todas; no por inmadurez, sino porque al principio fue la única manera de vencer la tentación.
Al principio fue muy difícil de verdad, fallé muchísimas veces, porque la tentación me ganaba, y hacía una de las cosas prohibidas, pero era entendible, pues el tenerte en mi vida, el verte y hablar en todo momento ya se había hecho un hábito. Así que fui paciente y no me di por vencida y después de cada desliz, empezaba de nuevo, otra vez desde cero. Y así fui tachando cada día en el calendario, con cada día que pasaba, disminuía la dificultad del reto. Y sin darme cuenta ya había tachado 21 días consecutivos. Y había logrado deshacerme definitivamente del desagradable hábito de necesitarte.
Después de cumplir 21 días desintoxicándome, me siento muy bien, ya no te necesito y ya no tengo ganas de saber de ti, ni de que tú sepas de mí.
Autora: Ivette Varela