Viajar solo (lejos o cerca) es el alimento del alma. Aprendes nuevas cosas, conoces lugares increíbles, te desconectas del estrés y las preocupaciones y pierdes la noción del tiempo.
Si haz realizado un viaje podrás darte cuenta que una vez que regresas de ese viaje, no eres el mismo. Con los años, he aprendido que realizar un viaje es la oportunidad de aprender, aprender sobre ti mismo y sobre la vida.
Esta experiencia es más enriquecedora cuando la única persona que realiza el viaje, eres tú. Estos fueron los aprendizajes más valiosos que obtuve al realizar mis viajes completamente sola:
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Descubres lo que te gusta (y lo que no te gusta) sobre ti
No importa lo que hagas o a donde vayas nunca te encontrarás en paz, si no te gusta cómo eres y te sientes infeliz. No hay forma de huir de ti mismo y cuando te encuentras en un nuevo lugar completamente solo, es inevitable darte cuenta de tus puntos débiles y fuertes. Tienes la oportunidad de realmente conocerte y definir las cualidades que amas sobre ti y las que podrías mejorar.
Cuando viajas solo, estás obligado a confrontarte y aceptarte tal y como eres
- Descubres lo que te gusta (y no te gusta) hacerCuando viajas acompañado, muy pocas veces coincides con su itinerario. Cuando viajas solo, tú decides qué hacer y cómo vas a vivir esa experiencia. Es una oportunidad para explorar el mundo y mientras tanto, definir qué es lo que te hace feliz.
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Aprendes a estar solo
Cuando confiesas que quieres viajar solo, existen 2 tipos de reacciones: “Eso es increíble” o “¿No te sentirás sola?. Es obvio que al organizar tu viaje completamente solo es bastante aterrador; ¿Me sentiré sola? ¿Estaré segura? pero la verdad es que las probabilidades de sentirte solo son muy pocas habiendo tanto que ver y tanto que conocer. Por el contrario, probablemente te sentirás más seguro y feliz que nunca.
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Olvidas los miedos
Viajar solo te obliga a dejar de temer y apenarte por todo. Cuando estás solitario depende de ti que las cosas sucedan, lo que te obligará a hacer cosas de las cuales de otra forma, no harías. También logras desarrollar mucha confianza en ti y eso es liberador.
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Conoces a gente diferente
Al viajar con tus amigos, podrás darte cuenta de que en realidad no conoces a muchas personas por la compañía en la que te encuentras. Cuando estás solo, te ves casi obligado a hablar con otras personas y nunca sabes qué tipo de amistad puedes forjar en uno de tus viajes.
