Sentirse perfectamente comprendido por otra persona es algo raro, razón por la cual probablemente sea tan atractivo cuando alguien nos comprende de manera innata. Pero ahora según un nuevo estudio, la capacidad de intuir correctamente las emociones de una persona podrían explicar cómo te atrae esa persona.
Poder entender las intenciones y emociones de otra persona es esencial para una interacción social exitosa. Para cumplir una meta en común, las parejas deben entender y actualizar de manera continua su información sobre las intenciones actuales de su pareja y sus motivaciones, anticipar otros comportamientos y poder adaptar los suyos según corresponda.
Los investigadores descubrieron que la gente sentía mayor atracción hacia las mujeres cuyas emociones pueden ser leídas fácilmente con seguridad. Si las indicaciones emocionales transmitidas por una persona–por ejemplo, una expresión facial de miedo o tristeza–pueden ser procesadas de manera eficiente por el cerebro de aquél que los percibe, entonces el sistema de recompensa se disparará y sentirá atracción hacia esta persona que transmite las señales faciales.
Tiene que ver con cómo nuestros cerebros están configurados. Cuando el vocabulario neurológico de una persona puede decodificar el comportamiento de otro, la atracción es mayor. Un participante cuyos circuitos neuronales no se prestaban a la interpretación de las emociones de otros podría entonces encontrarse en una desventaja en este estudio. Pero esto no significa que no hay futuro para estas personas.
Se requieren más estudios de estos para determinar si la gente puede expandir sus vocabularios neuronales de manera gradual. Podrían volverse mejores para leer a su pareja con la experiencia, lo cual tiene mucho sentido ya que la atracción crece con el tiempo.
Explorando el vínculo entre la atracción y la comprensión innata del comportamiento, los investigadores juntaron a 90 individuos para ver pequeños clips de mujeres expresando emociones. Los participantes tenían que ver las expresiones de mujeres y tenían que evaluar su estado de ánimo actual y el nivel de seguridad con su evaluación. Luego, cada participante interactuó con una imagen de una mujer, haciendo click para hacer la imagen más grande en su pantalla como si se estuvieran acercando más a la cara de la persona durante una conversación.
Con una serie de tres aseveraciones sobre la mujer, los participantes tenían que decir si estaban de acuerdo o no. En la segunda fase del experimento, los investigadores maperaon la actividad neuronal mientras veían a las mujeres expresar emociones. Al examinar cómo el sistema de recompensa se comportaba en el cerebro, pudieron anticipar la seguridad de los participantes para medir las emociones de otros.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.