Dos mejores amigos decidieron hacer una película casera de zombies. Sam Suchmann y Mattie Zufelt, ambos de 20 años, compartieron con el mundo su enorme obsesión por los zombies.

Los cineastas aficionados, quienes padecen de síndrome de Down, crearon este corto lleno de fiestas y chocando puños y requireron alrededor de 70 galones de sangre falsa y un montón de zombies para arruinar una fiesta escolar.

“Mattie y yo somos diferentes, pero nuestra amistad es más grande que nada. No somos ordinarios, somos rebeldes. Antes nos hubieran encerrado en un asilo o una casa para discapacitados, pero así ya no son las cosas,” dice Suchmann.

“Las personas con discapacidades tienen voces que quieren ser oídos. Algunos tienen sueños como nosotros. Queremos que otras personas con discapacidades griten lo más fuerte que puedan dejando al mundo saber quiénes son,” dice Zufelt.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.