Uno puede decir que en nuestra sociedad actualmente, tenemos una obsesión, si no es una dependencia, con nuestros celulares.
Ahora vas a un restaurante y ves a un grupo comiendo juntos y nadie convive ahora, todos tienen los ojos pegados a su celular.
¿Pero qué pasaría si reemplazaramos esta enferma obsesión con cualquier otro objeto que no sea tu celular? Pues, se vería algo así:
Publicado por Othón Vélez O’Brien.