Si hay una cosa que tenemos en común con los gatos es que ambos necesitamos nuestro espacio vital, o nuestro espacio personal, como le quieras decir. Esto es apróximadamente el espacio que te rodea que se extiende a lo largo de lo que puedes alcanzar con los brazos.
Tener a alguien dentro de este espacio es una invasión de tu privacidad y tu comodidad. Pero otra cosa que algunas personas tenemos en común con los gatos y no respetamos este espacio. Ahora estos gatos saben lo que es tener a alguien pegado en tu cara cuando no es el momento:
Publicado por Othón Vélez O’Brien.