Algunas parejas aman viajar juntos, otros disfrutan salir a cenar. Luego están las parejas que les encanta pelearse, separarse y volver a verse dos semanas después y decidir que están juntos otra vez hasta que vuelven a terminar otra vez y se repite el ciclo.
Probablemente has conocido a una pareja así en tu vida. Es fácil juzgar desde una distancia segura al observar esto en otros, pero ser parte de una pareja que no puede terminar pero tampoco pueden estar juntos es una experiencia bien frustrante, aunque sea una que cada vez es más común.
Este comportamiento se cree que puede ser atribuido a las redes sociales. Antes, durante los 70 y 80, antes de que fuera fácil como hoy encontrar a quien sea cuando sea en cualquier momento, la gente podía terminar de manera más dramática que ahora.
Ahora la gente se manda mensajes inmediatamente después de terminar una relación y hay una cualidad adictiva en el aspecto de poder estar en contacto constantemente con los demás.
Terminar y volver siempre como pareja no necesariamente significa que la relación sea mala, pero aquí hay unos pasos para evitar caer en este círculo vicioso:
Reconoce las señales de advertencia
Existen etapas en cualquier relación. La primera, la etapa romántica, es la que todos asocian con el amor, pero sólo es la primera y no dura mucho. Muchas parejas que podrían estar en peligro les cuesta trabajo pasar de esta etapa a la siguiente, cuando las diferencias son más claras y todo deja de ser perfecto. Normalmente aquí es donde empiezan a ocurrir problemas.
Para muchas parejas, esta segunda etapa no empieza hasta que se mudan juntos. Esto es cuando se notan mucho más las cuatro principales características de las parejas que terminan y vuelven: aumenta la crítica, se ponen a la defensiva, empieza a haber rencor y se empiezan a cerrar. Y el ciclo continúa cuando tú y tu pareja vuelven.
Admite tus propios errores
La gente debería fijarse en sus propias contribuciones a los problemas en una relación. Si no dejas de echarle la culpa a tu pareja por lo que sucede, entonces no estarás consciente de lo que tu has aportado. Nada cambiará hasta que lo resuelvan.
Si una pareja realmente quiere trabajar en la relación y mejorar las cosas, deben enfocarse en sus acciones, no sólo las palabras. Quizá haya alguna habilidad para las relaciones que no conozcas que te haga falta, pero si no pueden hablar las cosas sin atacarse, puede que sea tiempo de una solución más drástica.
Dense espacio
Una separación de prueba puede ayudar a darse la oportunidad de aprender cómo comunicarse sin que se vuelva en una pelea. Cuando los dos terminan peleando y gritando mucho, es mejor proteger a la gente que te rodea. Esto no aplica unicamente con los hijos si se trata de eso, pero los amigos y la familia también pueden sufrir por tu relación disfuncional.
Evita hacer que tus amigos y familia elijan un bando
Es natural buscar el apoyo de tu familia o tus amigos, pero los pones en riesgo de tener que elegir un lado que apoyar. Además, cambiar de parecer después de hablar mal de tu pareja pone a tu gente cercana en una posición incómoda y confusa.
Así que nunca vuelvas a una relación sin reconocer los problemas que causaron la ruptura en primer lugar. Procura poder explicar por qué estás volviendo a la relación después de hacer a tu pareja parecer el diablo.
Aprende a darte cuenta cuándo es hora de rendirse
Mientras más veces se repite el ciclo de terminar y volver, la relación se encuentra en mayor peligro. Mientras más continúan así, más se estarán lastimando. Aveces las dos personas son inteligentes y buenas personas, pero no funcionan juntos.
Aveces forzar las cosas y tratar de hacer que funcione cuando definitivamente no hay futuro ahí puede hacer más daño que bien.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.