Digamos que quisieras subir un kilo de peso rápidamente, quién sabe, quizá mañana sea tu boda y apenas te queda algo suelto tu vestido y no tienes tiempo ni quieres gastar para llevarlo al sastre. Naturalmente pensarías que comiendo como cerdo hoy, mañana te va a quedar perfecto ese vestido. Supones que un kilo de comida equivale a un kilo de peso.
En realidad no es así y el resultado no durará. Si tomaste un litro de agua, lo terminarás expulsado todo, naturalmente. Si te comes una hamburguesa, hay varios factores que determinan cuánta de esa masa permanece en tu cuerpo después de la digestión.
Primero, debes saber que las calorías son combustible. Cuando comes, tu cuerpo ocupa algunas de estas calorías inmediatamente y almacena otras para después.
¿Pero qué determina qué calorías van a dónde? Depende de lo que hayas comido recientemente, cuándo fue la última vez que haces ejercicio, hace cuánto te despertaste, etc. Hay muchos factores que determinan cómo quemas calorías.
Incluso la digestión requiere energía. Un almuerzo alto en proteína suele ser de los más termogénicos. Digamos que te comiste un bife de término medio crudo. 450 gramos de carne podrían tener alrededor de mil calorías. Y por lo mismo que medio kilo de grasa contiene 3,500 calorías, la matemática más básica indicaría que subirías alrededor de una tercera parte de eso en peso.
Pero esta lógica es errónea porque esta conceptualización de que medio kilo equivale a 3,500 calorías es un mito que ha perdurado mucho. La investigación que resultó en esta cifra se llevó a cabo en 1958 y análisis más recientes de esta creencia muestran que simplemente así no es cómo funciona.
Esto es porque el aumento de peso es afectado por las índices basales metabólicas (la energía que el cuerpo utiliza para mantener sus sistemas), niveles de energía, estilo de vida y complexión.
Como muchos dietistas sabrán, puedes eliminar 3,500 calorías de tu dieta y no bajar nada de peso.
Aunque un kilo de carne no te hará subir un kilo de peso, es difícil saber cuánta de esa masa se volverá tuya. Así que en lugar de enfocarte en el peso de tu comida, fijate más en los nutrientes que brinda por su peso.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.