Cuando el artista, Dragan Ilić, se dió cuenta que ya no era suficientemente ágil como para crear exactamente lo que quería, pero esto no lo hizo dejar el arte. En vez, creó enormes obras abstractas con lápiz y pintura, llenando cuartos enteros.
Al utilizar un robot industrial para cargarlo, Ilić ya puede crear patrones únicos en lienzos de gran escala programando sus movimientos desde antes.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.