Los investigadores le pidieron a 487 universitarios que completaran una encuesta en línea en dónde les preguntaron que le hicieran caso al siguiente texto:
“Imagínate que alguien que conozcas está en una relación (persona A). Descubres que la pareja de A (persona B) ha tenido sexo con alguien más (persona C). Ahora, indica la probabilidad que existe de que le cuentes a la persona A de lo sucedido. Por favor juzga cada inciso de manera individual e independiente de cualquier otra cosa.
Los participantes luego fueron dados más contexto sobre las personas infieles, la persona a quien le fueron infiel y el tercero involucrado y las circunstancias sobre la infidelidad.
Esto es lo que descubrieron los investigadores: primero, la gente tenía mayor probabilidad de reportar la infidelidad cuando se trata de un pariente cercano que sufre la infidelidad comparado con cuando es el pariente que es infiel. También había mayor posibilidad de decir algo al respecto cuando la infidelidad la lleva a cabo la pareja de un amigo cercano, pero cuando el amigo está siendo infiel solían mantener la boca cerrada.
La gente también era más probable de reportar las infidelidades de personas siendo mantenidos financieramente por sus parejas que las de aquellos brindan el apoyo económico a sus parejas.
Y finalmente, la gente reportaba a los infieles cuando cometían el error repetidas veces (hubo menos probabilidad de reportar la infidelidad si sólo sucedió una vez) y también de infieles que se sabía que tenían alguna enfermedad de transmisión sexual.
Los investigadores rápidamente señalaron que el estudio es una vistazo muy preliminar de las varias razones por las cuales la gente tiene para sacar a infieles al aire y que se requiere más investigación antes de sacar alguna conclusión definitiva. Pero definitivamente es un aspecto del comportamiento humano que vale la pena investigar más.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.