Las generaciones que crecimos y vivimos durante los años 90 le tenemos un particular cariño a los archivos de audio de formato MP3. En un momento teníamos que cargar con discman (o walkman si aún tenías cassettes) o llevábamos una colección de discos en el coche para oír nuestra música por donde fuéramos. Luego salió el MP3 y los dispositivos que nos permitían guardar cientos de canciones que podíamos llevar a todas partes a la vez.
Era ideal para las velocidades de internet que manejabamos en ese entonces y también para los dispositivos que no tenían tanta capacidad como los que usamos actualmente.
Pues, tristemente, al parecer ya se acabó la época del famosísimo MP3. Un centro de investigación en Alemania, conocido como el Instituto Fraunhofer, tiene los derechos del formato de MP3 y recientemente ha decidido que sacará el formato de circulación.
¿Pero qué significa esto?
Antes de que pierdas la cabeza, no te preocupes, esto no significa que de repente desaparecerán todos tus MP3 que has guardado a lo largo de los años ni que vayas a dejar de poder reproducirlos en tus dispositivos. La idea básicamente es migrar de manera gradual a formatos como ACC o MPEG-H, que son de mayor calidad (ya no escucharás ese ruido extraño de fondo que se suelen escuchar en archivos de MP3 de baja calidad).
Sonará como una mala noticia, pero en realidad simplemente es una transición como las que siempre hemos vivido, como cuando tuvimos que cambiar de cassettes a discos y de discos a archivos de audio. También hay que verle el lado positivo, los MP3 hace ya varios años no son la mejor opción en cuánto a calidad de audio de todos los formatos que tenemos disponibles, así que tu música se escuchará mucho mejor sin esos Mp3 en tus playlist.
Ya al ser decatalogado el formato, dejarán de salir al mercado productos compatibles con el MP3, todo con el intento de ser más eficientes con mejores formatos de audio.
Así que al igual que ya te tuviste que despedir de tu walkman, luego tu discman, Napster y el iPod, ya llegó el momento del MP3.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.