Cuando la tela de tu pantalón hace que parezca que tu cierre está abierto.
Cuando te sirves un plato de cereal para descubrir que no tienes leche.
Cuando tu pluma decide fallarte.
Cuando la mantequilla no es untable.
Cada que usas tus audífonos y tienes que lidiar con este desastre de nudos.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.