El rastrillo puede ser el mismo bajo cualquier circunstancia, sólo tienes que cambiar un poco la rutina:
Es mucho más importante exfoliar
Es especialmente importante exfoliar tu piel durante el invierno antes de rasurarte. La humedad disminuye mucho en el invierno, así que tu piel se vuelve quebradiza, irritada y hasta seca. Así que debes exfoliar tu cara unas dos veces a la semana para eliminar todas esas partículas de piel muerta que pueden estorbar tu rastrillo.
Acorta tu proceso de preparación
El agua caliente y el aire frío y seco son una combinación que resulta en piel quebradiza e irritada. Evita un baño caliente para prepararte para el rastrillo. Sí vas a necesitar agua caliente para abrir los poros, pero abrevia el proceso. Mojate la cara con agua caliente o usa una toalla caliente y húmeda por 10 a 20 segundos, pero no más. Esto suavizará el pelo, abrirá los poros y prepara la piel para la rasurada.
Agrega aceite a tu rutina
En el invierno, la preparación de la piel es importante para cuidarla. Recomendamos que uses aceites para antes de rasurarte después de mojarte la cara con agua caliente. El aceite suaviza los pelos y alivia la piel, haciendo que sea más fácil rasurate sin lastimarte.
Siempre rasurate antes de dormir
En el invierno deberías de rasurarte antes de la cama. De esta manera tu piel se rehidrata y las células de la piel se regeneran mientras duermes. Quizá tengas una ligera barba en la tarde cuando salgas, pero es mejor eso a tener la piel toda roja e irritada por el frío y el rastrillo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.