Si alguna vez has visto que el empaque de algo que consumes dice “fortificado” entonces es muy probable que contenga ácido fólico.
¿Qué es el ácido fólico?
Es la versión sintética de la vitamina B9. Con frecuencia los alimentos son fortificados con esto porque el ácido fólico natural no dura mucho cuando es almacenado.
Necesitas el ácido fólico para crear los glóbulos rojos y los blancos utilizando carbohidratos como energía y para crear ADN sano.
También es importante en un proceso en tu cuerpo conocido como la metilación que se encarga mantener el funcionamiento de tu cuerpo, incluyendo la división celular, la síntesis de ADN, desintoxicación y balance hormonal, etc.
En resumen, si no consumes suficiente, tu cuerpo no podrá operar óptimamente.
Mantener niveles sanos de ácido fólico protege tu corazón y sistema cardiovascular, disminuye el riesgo de ciertos tipos de cáncer y puede reducir el riesgo de depresión u otros desordenes emocionales.
También puede ser usado para tratar problemas digestivos como la enfermedad celiaca, ciertas enfermedades en el hígado y los riñones y se puede usar para tratar la anemia.
¿Cómo adquirirlo?
Piensa en cualquier verdura hojoza verde, como la espinaca. Otras fuentes de ácido fólico son la yema del huevo, el esparrago, carne de rez, hígado de pollo, naranjas, lentejas, etc.
También puedes probar suplementos, pero procura elegir los que dicen “activo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.