Sin importar tu dieta o tus horarios alimenticios, hay una manera segura e infalible para recortar tu consumo de calorías.
El truco es comer hasta que ya no tengas hambre, no hasta que te llenes. Claro, esto implica que comas cuando tengas hambre para empezar.
Mucha gente come tarde por las noches y este es de los peores momentos para comer si estás tratando de bajar de peso. Y realmente no tienes que llenarte de energía para dormir, así que a estas horas comes por otra necesidad, como el aburrimiento o cansancio.
Quizá no tengas que averiguar la razón psicológica por la cual comes en las noches, pero al menos intenta imponerte una regla de no comer al menos de que tu cuerpo realmente te lo esté pidiendo.
Cómo comer según tu hambre
Piensa en el hambre en términos del 1 (verdaderamente hambriento) a 10 (lleno a reventar), y trata de no comer al menos de que estés en un 2 o 3 e intenta evitar llegar a estos grados de hambre en todo momento con alimentos que te mantendrán lleno, com la proteína, verduras y grasas sanas. Evita los carbohidratos refinados.
Ahora, por el otro lado, deja de comer cuando llegues a un 7, no cuando estés en un 8 o 9. No quieres terminar totalmente lleno ni con hambre, quieres balance.
Así que si sales a comer y te pides una entrada grande y ya dejas de tener hambre, no te sientas mal por no comer lo demás y llevártelo a casa.
Sólo porque tu plato esté muy lleno no significa que te lo tengas que acabar. Sonará obvio, pero mucha gente no puede dejar un plato sin terminar.
Tampoco te preocupes por comer de más para aguantar hasta tu siguiente almuerzo si no vas a poder comer pronto. Tú sólo come hasta que dejes de tener hambre y llévate algo ligero contigo, como nueces o una barrita para ayudarte a aguantar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.