Si sabes que el matrimonio simplemente no es y nunca será para ti, es bastante irritante sentir la presión por todos lados de que deberías hacerlo de todos modos.
No tienes que casarte para ser feliz y eso no te hace egoísta ni nada de eso. Aquí hay unas señales de que tú eres de estas personas que no se tiene que casar jamás en su vida:
Valoras tu libertad
Lo bueno de casarte es que te vuelves parte de un equipo, lo malo de esto es que pierdes algo de libertad, de una u otra forma. Cualquier cosa que planees, tienes que contemplar a tu pareja para cualquier grande decisión.
Tienes otras metas en la vida
Para algunas personas el matrimonio es la mayor meta en sus vidas. Considerando que el matrimonio ocupará mucho de tu tiempo, te quitará la atención de otras cosas. Quizá te importe más el trabajo. Sea lo que sea, puedes poner otras metas arriba de ser feliz con una pareja.
No te sientes atada por la tradición
Mucha gente no se casa porque quiere, sino porque sienten que es algo que deben de hacer. Pero si a ti no te importa esto y no sientes la presión, es muy probable que nunca caigas en este tipo de mentalidad.
Asocias el matrimonio con recuerdos negativos
Mucha gente ha crecido durante un mal divorcio de sus padres o en situaciones de abuso en casa. Si la idea de casarte te hace sentir como todos esos momentos que viviste con tus padres en casa, es normal. Puedes trabajar con estos problemas aunque no pretendas casarte.
El cambio te da miedo
El matrimonio es uno de los cambios más grandes por los que puedes pasar en tu vida. Además suele conllevar varios otros cambios como mudarte o tener hijos. Es muy poco probable que pases por todo esto si el cambio es algo que te aterroriza mucho en la vida.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.