Las caminatas por la naturaleza son la principal fuente de inspiración para Adele Renault. Dividiendo su tiempo entre Los Ángeles y Bruselas, la artista se encuentra con paisajes variados que catalizan su práctica. Mientras que el terreno urbano accidentado del sur de California refuerza las plantas del desierto y las palmas, el campo belga alberga una vegetación exuberante y matorrales de árboles. A Renault le gusta conectar sus sujetos con los entornos en los que prospera, explicando que “la flora se convierte en una metáfora de las personas, tanto nativas como no nativas, que habitan una ciudad, enriquecen su ensamblaje cultural y comparten una conciencia colectiva.”

Publicado por Othón Vélez O’Brien.