Cometer errores es parte de ser humano, pero lo que diferencia a quienes simplemente sobreviven de quienes realmente prosperan es la capacidad de aprender de ellos. Las personas inteligentes no están exentas de tomar malas decisiones, pero cuentan con la conciencia suficiente para analizar en qué fallaron y la determinación de no volver a cometer el mismo error. Aquí te dejamos algunos tropiezos que no repiten.
1. Confiar Demasiado Rápido
Las personas inteligentes son de mente abierta, pero también saben ser cautelosas. Dan su confianza donde se la han ganado y no la entregan a cualquiera con una sonrisa agradable. Unas cuantas experiencias negativas les enseñan que una dosis de escepticismo es necesaria. Es bueno dar el beneficio de la duda, pero establecen límites y sólo profundizan la confianza con quienes demuestran ser confiables a lo largo del tiempo.
2. Conformarse con Menos de lo que Merecen
Ya sea en relaciones, trabajos o en la vida en general, las personas inteligentes saben cuál es su valor. Una vez que se dan cuenta de que se están conformando, es hora de seguir adelante y buscar algo mejor. La decepción de una situación insatisfactoria les enseña a reevaluar sus valores y prioridades. Saben que “apenas” no es suficiente cuando se trata de su felicidad y realización a largo plazo.
3. Creer en Algo Demasiado Bueno para ser Cierto
Si una oferta parece increíble, probablemente lo sea. Las personas inteligentes escuchan a su intuición. Esa sensación que te dice que es una estafa… ¡es mejor creerla! Han aprendido que siempre es prudente cuestionar el entusiasmo desmedido y que un toque de cinismo puede ahorrarte grandes dolores de cabeza. Investigan a fondo antes de lanzarse de cabeza a algo que parece sospechosamente perfecto.
4. Intentar Complacer a Todos
Es una tarea imposible, ¿entonces para qué esforzarse? Las personas inteligentes se enfocan en hacer felices a sí mismas y a quienes realmente importan. No les preocupa que algunas personas no las aprecien. Después de agotarse intentando ganarse a todos, aprenden que es mucho más sostenible centrarse en aquellos que las valoran tal y como son. Tratar de ser el favorito de todos te deja sintiéndote como el favorito de nadie, ni siquiera el tuyo.
5. Esperar que las Personas Cambien
No puedes obligar a alguien a cambiar, ni siquiera si es para su propio bien. Las personas inteligentes aceptan a las personas como son o siguen adelante si la relación no funciona. Desear que alguien cambie suele llevar a la decepción. Optan por aceptar esos defectos o concentran su energía en personas que no requieren cambios drásticos para tener una relación sana y satisfactoria.
6. Descuidar el Autocuidado
Las personas inteligentes saben que su bienestar mental y físico es importante. No se queman tratando de hacerlo todo. Dormir bien, comer de manera saludable y tener tiempo para descansar es esencial. Después de alcanzar su límite, se dan cuenta de que la “cultura del hustle” es una receta para el agotamiento. Aprenden a priorizar actividades que recarguen su energía para rendir al máximo en todas las áreas de su vida.
7. Procrastinar en Tareas Importantes
Todos procrastinamos alguna vez, pero las personas inteligentes han aprendido a la mala que eso solo trae estrés y peores resultados. Enfrentan lo importante, incluso cuando no es divertido. Aunque no les gusten ciertas tareas, las descomponen en partes más pequeñas para hacerlas menos abrumadoras. En lugar de temerle a la gran tarea, celebran cada pequeño avance hacia su conclusión.
8. Ignorar su Intuición
¡Esa corazonada está ahí por una razón! Las personas inteligentes prestan atención a su intuición, incluso si no pueden explicar lógicamente por qué se sienten de cierta manera. Han lamentado no confiar en sus instintos lo suficiente como para darse cuenta de que deben integrarlos en su toma de decisiones. Aprender a conectarse con esa sabiduría interna les ayuda a evitar situaciones que les resultan incómodas, incluso si no pueden identificar la razón exacta.
9. Obsesionarse con el Pasado
Todos cometemos errores, pero las personas inteligentes no se quedan atrapadas en ellos. Analizan qué salió mal, aprenden de ello y dejan atrás el arrepentimiento que las retiene. Darse golpes por el pasado es una pérdida de energía. En lugar de lamentarse, utilizan esos fracasos como combustible para crear un mejor futuro al enfocarse en lo que pueden controlar en el presente.
10. Dejar que el Miedo las Controle
El miedo es normal, pero las personas inteligentes no dejan que dicte sus decisiones. Sienten el miedo y lo hacen de todos modos; ahí es donde se encuentran el crecimiento y las oportunidades increíbles. Aunque el miedo no desaparece mágicamente, aprenden a gestionarlo. Practican técnicas para calmar su mente y cuerpo cuando enfrentan algo que les asusta, permitiéndoles actuar a pesar de la ansiedad.
11. Renunciar a sus Sueños
El camino puede ser sinuoso, pero las personas inteligentes nunca abandonan por completo lo que las apasiona. Ajustan su enfoque, pero mantienen su visión a largo plazo. Los contratiempos pueden ser desmoralizantes, pero entienden que son parte del viaje. Dividen sus grandes metas en hitos más pequeños y celebran cada paso adelante para mantener la motivación.
12. Repetir Hábitos Poco Saludables
Todos tenemos malos hábitos, pero las personas inteligentes aprenden a reconocer aquellos que las sabotean. Se comprometen a romper esos ciclos, aunque sea difícil. Saben que la fuerza de voluntad por sí sola no es suficiente, y buscan apoyo, herramientas y estrategias para crear un cambio duradero. Ya sea buscando ayuda profesional o encontrando a alguien que las apoye, entienden que enfrentar los malos hábitos es un proceso constante, pero que vale la pena.
13. Ignorar las Señales de Alerta
Las personas inteligentes aprenden a detectar esas primeras señales de advertencia que indican una relación tóxica, un negocio turbio o simplemente una situación que no es conveniente. Han salido lastimadas por ignorar esas pequeñas dudas, así que prestan atención a esas señales antes. Unas cuantas experiencias decepcionantes les enseñan que ignorar las señales de alerta casi siempre lleva a arrepentimientos mayores más adelante.
14. Dejar que el Ego se Interponga
Las personas realmente inteligentes son lo suficientemente humildes para admitir cuando se equivocan. No insisten en un error solo para salvar las apariencias. Se necesita una gran seguridad en sí mismas para disculparse, cambiar de dirección o pedir ayuda cuando es necesario. Dejar a un lado su orgullo les ahorra tiempo, energía y evita problemas más grandes en el futuro.
15. No Invertir en Sí Mismas
Las personas inteligentes saben que ellas mismas son su mejor inversión. Siempre buscan formas de mejorar, ya sea a través de la educación, el desarrollo personal o simplemente probando nuevas experiencias que amplíen sus horizontes. Evitan estancarse, entendiendo que el aprendizaje continuo y el crecimiento personal conducen a una vida más rica y plena.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.